Noemí Mimí Tardivo fue una docente y militante de General Rodríguez, que junto a su esposo Ricardo Ghigliazza, fue detenida y desaparecida durante la última dictadura cívico militar eclesiástica en Argentina. La secuestraron de la escuela donde estaba dando clases el 8 de julio de 1976. Tenía 24 años.
Esta semana se anunció de manera oficial que su nombre será a partir de ahora el nombre de la Escuela Secundaria N°14 del barrio de Agua de Oro.
La propuesta había surgido aproximadamente hace dos años, cuando la escuela secundaria N° 13 paso a ser renombrada como Secundaria de Educación Superior N°14. Para la directora de la institución, Natalia Rodríguez, era una oportunidad importante para darle una identidad propia, entonces se pusieron en campaña para lograrlo y para ello convocaron a toda la comunidad educativa.
Diferentes nombres fueron surgiendo desde los y las estudiantes, de docentes, así como también de padres y madres, todos ellos con foco en personajes históricos, vinculados a la comunidad y a la educación.
Cada propuesta tuvo su presentación, acompañadas con videos, se contó sobre la vida y obra de los candidatos y candidatas, que luego participarían de una votación.
Finalmente, las opciones quedaron entre cinco posibles nombres. Al de Noemí Mimí Tardivo se unieron los nombres de Olga Cossettini, Paulo Freire, Juana Azurduy y las Madres y Abuelas de plaza de Mayo. Cuando se llevó a cabo la votación se decidió, por amplio margen, que el nombre de la institución fuera Noemí Tardivo.
Fue durante la semana de la memoria que tanto Natalia Rodríguez como una de las hijas de Mimí, Carolina Ghigliazza, se enteraron de la confirmación del nombre, mientras estaban realizando un mural alusivo en la escuela y plantando un árbol en concordancia con la propuesta que lanzaron los organismos de Derechos Humanos para el 24 de marzo, “Plantamos memoria”.
Por la concreción de la noticia Carolina se mostró muy emocionada y expreso al respecto: “Es la mejor reivindicación, el mejor homenaje, la mejor forma de recordar que podemos hacerle a una maestra que dedico su vida a enseñarle a sus estudiantes que tienen el derecho de ser felices y de que puedan ser lo que quieran ser y que dio su vida por eso. Yo creo que mi madre está presente y muy feliz seguramente de que una escuela de General Rodríguez lleve su nombre, y en su nombre lleve sus sueños y sus ideales. La sensación para nosotros siempre es esa que Mimí y los 30 mil compañeros están siempre presentes”.