Por Milagros García
En general, nos encontramos con dos tipos de obras literarias: en prosa o en verso. A veces aparece alguna cosa un poco más híbrida: la prosa poética de Liliana Bodoc, por ejemplo. Solemos elegir la prosa para contar hechos y desarrollar historias, quizás porque nos permite despreocuparnos un poco por los elementos que componen la narración, y concentrarnos en los personajes y los hechos, por ejemplo. A los versos solemos elegirlos para hablar de situaciones más acotadas o trabajos más descriptivos, más concentrados en los elementos y los recursos (la metáfora, la personificación, la rima, etcétera).
Esta división es más definitiva en la actualidad, porque en el pasado, cuando las historias eran memorizadas para ser compartidas en comunidad, era más útil el ritmo del verso para contar. Más tarde, en otro momento, la poesía tenía demasiadas reglas y regularidades que hicieron sentir abrumados a los poetas, que quisieron deshacerse de esas normativas. Ahora de vez en cuando, algún autor o autora con ganas del desafío se propone narrar alguna historia en metro. Porque la posibilidad de montar un ritmo y la exploración de los límites de la palabra que suele darse en esa estructura puede llevarlo a lo inventivo, y por qué no a lo lúdico.
En Invenciones del recuerdo, Silvina revisita su vida temprana: su infancia y su pubertad. Permite que los versos se demoren sobre objetos, personas o situaciones específicas y los moldea hasta convertir lo cotidiano y prosaico en poético, tal como hacen los niños, cuando somos más permeables al pensamiento mágico y a la sospecha de que todo tiene la potencia de ser algo increíble.
En esa reconstrucción descubrimos mucho de lo que pudo ser semilla de la poética de Silvina Ocampo. Podríamos decir que una poética es el resultado de las decisiones que toma un autor o autora al elegir el vocabulario, la forma de contar y los temas, dentro de las posibilidades que elige una lengua y un momento dado. En Invenciones del recuerdo aparecen los niños, la romantización de la austeridad y la pobreza, la clandestinidad de momentos como la siesta, la exploración de espacios familiares grandes. Todos esos episodios que nos encontramos, alquimia mediante, en obras sin tanta impronta autobiográfica como sus antologías de cuentos.
Siempre me encuentro en un dilema cuando reflexiono sobre estas obras que no han sido publicadas en vida de los autores, o por lo menos no con un cronograma de publicación posmórtem como la obra de Piglia. Pero elijo ser indulgente conmigo misma porque ediciones póstumas han sido muchas de las mejores obras que he podido leer. En cualquier caso, creo que es una suerte para las letras argentinas que hayan sido rescatadas del olvido estas memorias tan íntimas con una práctica literaria tan interesante. Asomensé sin falta todxs los aficionados a la obra de Silvina, porque no saldrán para nada indiferentes.
Ficha Técnica:
- Idioma: español
- Editorial: Lumen
- Autor: Silvina Ocampo
- Año: 2006
- Páginas: 176