El jueves 3 de octubre, en el marco del programa HCD de Puertas Abiertas, paso por el recinto la obra teatral “Todo lo que hice para no volverme loca. Vida y Obra en Tiempos de Macri”. Producida por Espacio 33, esta obra de arte catalogada como un “Manifiesto poético, político y tocapelotas”, muestra las vidas de tres mujeres y, a través de las mismas, las mutaciones, peripecias, alegrías y sinsabores que sufren en tiempos de retorno de gobierno de mercado descarnado.
Nuevamente el Concejo Deliberante hizo de espacio teatral, con una buena concurrencia a pesar de la llovizna en las afueras del recinto. Podía verse en el lugar a mucha de la militancia del Frente de Todos, como era de esperarse en una obra teatral de tono marcadamente crítico para con el gobierno encabezado por Mauricio Macri. Allí estaba también precisamente el candidato a Intendente por el Frente de Todos, Mauro García.
Con escaso decorado pero con un derroche de talento, las tres actrices que protagonizan la obra, la musicalización y la lectura fuera de escena, y una voz en off que relataba algunas noticias, esta obra abre “la escena al ejercicio de la bronca y la memoria. Contemplamos nuestras vidas arrasadas en estos últimos cuatro años y componemos una banda sonora a la medida”, como figura en la sinopsis de la obra.
El texto de la obra es de Leticia Coronel, Macarena Trigo (Directora de la obra), Soledad Peralta, Estefanía Revas, Natalia Trejo; Peralta, Revas y Trejo son las actrices, que ocuparon la mesa del HCD que comúnmente suele ser ocupada por la presidencia y secretaria del Concejo Deliberante.
Tres mujeres de profesiones disimiles pero que, sin embargo, comparten su amor por la actuación. Y es a través del mismo que han canalizado, casi se diría en forma terapéutica, sus emociones, sus pasiones, alegrías, sufrimientos y amores que transcurren en una época determinada de sus vidas y del país; la modificación de su existencia y sus rutinas desde que asumió Cambiemos el gobierno de la Nación.
Así una madre cuenta que la mayor parte de la infancia de su hijo de un año y medio la paso llevándolo a hacer quejas a una empresa de servicio eléctrico, en vez de a una plaza, como ella tenía planeado.
Las tres sufren graves modificaciones, todas ellas marcadas por el contexto: “¿Dónde estabas el día que ganó Macri? ¿Y el día que volvimos al FMI? ¿Cuál fue el último lujo que te permitiste? ¿En cuántas marchas estuviste en el 2017? ¿Te acordás? ¿Cuándo fue la última vez que te enamoraste? ¿Sabés quién fue Rodolfo Estivill? ¿Aún respetás la opinión de los demás? ¿Ya abortaste? ¿Qué hacés con tus buenas intenciones? ¿Seguís pagando el monotributo? ¿Qué querés ser cuando seas mayor?. El pasado no está escrito, el presente a duras penas se lee y el futuro… ¿Acaso existe?”.