Entrevistado por la economista Delfina Rossi, el Secretario General de Atilra, Héctor Ponce, dio un panorama general sobre la crisis que atraviesa la industria lechera de nuestro país, y la situación de SanCor.
[dropcap style=’box’]H[/dropcap]éctor Ponce, Secretario General de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA) fue entrevistado por Delfina Rossi, en el programa que conduce la economista Delfina Rossi por Radio Zonica. El dirigente gremial se manifestó a cerca de la crisis económica y financiera que atraviesa SanCor y la industria lechera en su conjunto.
La entrevista comenzó con el dato aportado por Rossi, sobre el cierre de una de las plantas de SanCor en la ciudad chubutense de Puerto Madryn, al respecto Ponce explicó que la crisis de la cooperativa se debe en parte a la caída de la actividad y en parte a “problemas económicos financieros, comerciales e institucionales. Con SanCor se han juntado distintos elementos para que se produzca este cierre. Están tratando de buscar alternativas con alianzas que les permitan salir de esa difícil situación por la que atraviesan, y a esto se agrega la caída del consumo, en todos los rubros y específicamente en la industria lechera”.
El dirigente gremial aclaro además que la situación crítica no es nueva, y que Atilra viene señalando las malas formas administrativas desde hace bastante tiempo. “Ya en el año 2002 nosotros habíamos advertido sobre la situación que atravesaba SanCor y dijimos que de acuerdo a nuestro criterio la empresa debía concursarse. Lo hicimos público, se lo dijimos en su momento al concejo de administración de la cooperativa”. Pero asimismo remarcó que la opinión de un gremio no necesariamente es vinculante a las decisiones que pueda tomar la administración de la empresa. En el 2014, mientras SanCor estaba relativamente saneada gracias al convenio que tenía con Venezuela, viendo los desmanejos de la empresa, el gremio vuelve a manifestar que la empresa debía ser concursada. Hace dos años SanCor comenzaba a vender líneas de producción rentables y estratégicas, y pese a esto no logró frenar el deterioro.
Según comento el secretario general, Fonterra, de Nueva Zelanda hoy “sería en principio la que tiene mayores posibilidades de realizar esta alianza con SanCor”.
Posteriormente Ponce aclaró puntualmente que ni los tamberos ni los trabajadores han sido, ni son, los responsables del descalabro de la cooperativa láctea; “esto hay que aclararlo, porque en los momentos de crisis habitualmente se buscan responsabilidades donde no existen. Sino que es de quienes tienen la responsabilidad de conducir los destinos económicos, institucionales de SanCor”.
En este sentido, el dirigente gremial se ocupó de remarcar que “no sobran trabajadores, sino que lo que falta es leche, falta gestión. Los trabajadores no son responsables, por esta situación por la que está travesando la empresa. En este sentido se habla mucho de los salarios de los trabajadores. El salario de un trabajador lechero es digno”. Lejos de basarse en presupuesto u opiniones, Ponce brindo datos concretos aportados por el Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos, que a la hora de analizar el impacto de los salarios en el precio final de los productos, evidenció que la incidencia de los mismos es ínfima.
Como economista, Delfina Rossi indago sobre quién se queda con la mejor y mayor rentabilidad en la cadena láctea. “El comercio se queda con la parte más importante” respondía Ponce, quien agregaba que “el comercio no pone absolutamente nada, porque no solamente se queda con la parte más importante, sino que no corre ningún riesgo porque, y esto lo saben los propios industriales, porque a ellos le venden la ubicación del producto, la punta de la góndola y además se producen muchas devoluciones a la industria cuando no se venden determinados productos o al hipermercadismo le resulta más económico comprar otro producto”. Sumado a esto, el pago de impuestos recaería principalmente sobre los consumidores.
Héctor Ponce también desmintió la información que trascendió en los medios nacionales hace pocos días atrás, acerca de que el precio del litro de leche en nuestro país sería el segundo más caro del mundo. Al respecto afirmo que Argentina figura en el puesto 27 o 28 a nivel mundial.
Finalmente el dirigente gremial realizo un minucioso análisis sobre la multiplicidad de factores que están sumiendo a la industria láctea en una profunda crisis. En primer lugar señaló las altas precipitaciones que se han producido hace poco tiempo en las principales cuencas lecheras de nuestro país, lo que disminuyo drásticamente la cantidad de materia prima. “Anteriormente había habido un decrecimiento de la actividad a nivel internacional que repercutió en nuestro país”. En este sentido se refirió a la caída de la demanda de China, lo que provoco que algunas potencias lácteas, como Nueva Zelanda, buscase ubicar su producción en otros mercados, casualmente algunos de ellos abastecidos por la República Argentina. A todo esto se suma la caída de la capacidad de consumo de los sectores populares de nuestro a país a raíz del modelo económico implementado por el macrismo, desencadenante de una ola masiva de despidos y cierre de industrias. A tal nivel es grave la caída de consumo que la población ha optado por dejar de consumir un producto de primera necesidad como la leche.