Los techos ecológicos constituyen una opción para solucionar el problema de contaminación y preservación del medio ambiente.
La capacidad de restaurar un ecosistema depende de gran cantidad de conocimientos, como por ejemplo: estado del ecosistema antes y después del disturbio, grado de alteración de la hidrología, geomorfología y suelos, causas por las cuales se generó el daño, estructura, composición y funcionamiento del ecosistema preexistente, información acerca de condiciones ambientales regionales, interrelación de factores de carácter eco-lógico, cultural e histórico, detienen la sucesión y el papel de la fauna en los procesos de regeneración.
Partiendo de los beneficios que las cubiertas ajardinadas tienen, esta solución se ve desde el punto de vista de contribuir al balance de las actividades climatológicas, como generar una superficie que absorba el exceso de agua pluvial para así reducir el potencial de inundaciones y también como barreras de los distintos elementos contaminantes del aire, propios de la ciudad.
Las ciudades han ido cambiando de tal manera que cada vez tienen menos espacio útil al aire libre por habitante. Los techos ecológicos constituyen una opción para solucionar el problema de contaminación y preservación del medio ambiente, actúan como barreras naturales, pues se trata generar una inhibición de las complejas temperaturas, pues contribuyen al aislamiento térmico dentro de las edificaciones y ayudan a amortiguar los ruidos provenientes del exterior y a proteger las cubiertas de los edificios de los rayos ultravioleta. Por otro lado, contribuyen al equilibrio del medio ambiente, pues crean un hábitat favorable para la fauna, como insectos, aves y ardillas.
Por lo tanto, se pueden realizar distintas actividades como hacer picnics, tomar el sol, socializar, etc. Su utilización como un lugar donde pueden llevarse a cabo actividades de jardinería, incluyendo el cultivo de vegetales y flores, siendo una gran manera de cultivar orgánicamente.