[dropcap style=’box’]D[/dropcap]esde adentro o desde afuera, la mentira del macrismo circula como moneda corriente, va y viene, no cesa en su permanente aparición, como resultado de una profunda inoperancia que verdaderamente asusta, se diría a esta altura, que hasta seguidores de esta alianza fantasmal, no los volverían a votar ni ebrios ni dormidos.
La visita de Macri a su par de Brasil, el presidente Temer, fue más que lastimosa, si se recuerdan los encuentros entre Cristina y Dilma, o las de Néstor con Lula, cuando eran jefes de Estado, y es como comparar el monumental repleto en un Boca-River, con el potrerito de la esquina de mi barrio donde apenas 8 o 9 pibes corren detrás de una pelota de plástico, animados con más hinchada que las que recibió Macri en Brasil. El ausentismo del pueblo brasileño fue más que notorio, sólo una barra de contención para que un par de cariocas compartieran la soledad del encuentro de estos dos mandatarios.
Maria Eugenia Vidal, gobernadora de la provincia más rica del país, estuvo en nuestro Distrito días pasados para inaugurar un Programa que ya funcionaba, desde hace unos cuantos años atrás, es decir, desde la gestión anterior. Entró y salió sin emitir palabra alguna, eso sí, “su cándida sonrisa”, como el Rexona, nunca la abandona. Escoltada y protegida de encuentros periodísticos locales y del acercamiento de la propia gente ¿temerosa del contagio popular? o ¿del vacío popular?
Se observan finalizaciones de obras en el ferrocarril Sarmiento, y escuchar a la gente decir: “¡por fin Macri terminó esto!”, o Kubar en algunos otros casos, y uno no sabe si ponerse a reír o llorar. También es justo señalar los amagues de encarar obras, como la escuela secundaria N° 6, en el barrio Dávila, echarle unos baldes de cal a las paredes y desaparecer al poco tiempo. Nos podrían quedar los dedos acalambrados en la computadora señalando la enormidad de mentiras que este gobierno viene cometiendo.
Para finalizar, desearía rematar esta nota con un hecho risueño y triste a la vez, que me tocó presenciar durante un viaje en el tren Sarmiento. Sube un vendedor ambulante y comienza: -“¡Para saborear, para obsequiar,
dos paquetes de 100 grs. cada uno, de deliciosas gomitas, con los más variados sabores de menta, manzana
y limón, que por exceso de producción, hoy la firma Arcor, tiene el agrado de ofrecerle para que ud. las aproveche, llevándolas a tan sólo $10!”.
Pensé, qué ingenioso este chabón, me dieron ganas de felicitarlo, pero me pareció que era convalidar una mentira para cubrir otra mentira. Cuando el ingenio de los gobernantes no aparece, al pueblo trabajador no le queda más remedio que empezar a sacar conejos de la galera.