Ayer se conoció que el Intendente Darío Kubar se retiraría de su gestión tomando una medida para nada extraña dado el partido político que representa.
Recortaría la jornada prolongada de 40 horas a la mayoría de los trabajadores municipales que cuentan con las mismas.
El ajuste a la jornada laboral causó malestar ya que para muchos significaría la perdida de una gran parte de sus salarios, que ya de por si son bajísimos.
La decisión se habría tomado por la situación crítica que atraviesa el municipio desde hace algún tiempo, situación que hoy es más grave que nunca y ha ocasionado en los últimos meses por ejemplo el atraso de pago a funcionarios y proveedores municipales.
Sin embargo, muchos se han mostrado escépticos al efecto positivo que pueda tener la medida en la situación económica de las arcas públicas.
La determinación del intendente saliente se sumaría al pedido de renuncia que se hizo hace dos días a secretarios, coordinadores y directores de las diversas áreas del gobierno municipal.
Cabe mencionar que hoy por la mañana, por el lapso de dos horas, trabajadores municipales realizaron asambleas en los distintos sectores para discutir los pasos a seguir y evitar que “la transición con el próximo ejecutivo sea sin perjudicar el bolsillo de los compañeros”.