En las últimas horas trascendió que se habría producido una posible situación de acoso laboral en la que estarían implicados algunos funcionarios de la gestión de Darío Kubar. Sin embargo, quienes forman parte del Sindicato de trabajadores municipales lo desmintieron.
[dropcap style=’box’]T[/dropcap]uvimos conocimiento del posible caso el martes 1 de octubre por la tarde. El miércoles a la madrugada algunos medios digitales lo estaban anunciando.
Lo que circuló es que aparentemente ese día el Sindicato de Trabajadores Municipales se hizo presente en el municipio luego de que una trabajadora se acercara a la organización a realizar una queja. Aparentemente la persona trabajaría en el área de ingresos públicos, dirigida por Claudio Hoenigfeld, oficina que depende de la Secretaria de Economía, la cual encabeza Cristian Brilloni. En el ámbito laboral en que desempeña sus tareas es que, se dijo, habría sido víctima de acoso laboral. Supuestamente los acosos se habrían repetido por lo que, quien sería la víctima, se habría cansado y habría solicitado el pase del área, cuestión que no habría podido concretarse ya que nadie aceptaría el pase. Finalmente se rumoreó que la vuelta al mismo despacho habría provocado un mayúsculo enojo por parte de un funcionario, quien como represalia habría sometido a la mujer a una situación similar al aislamiento.
Dada la seriedad que implica el tema nos comunicamos con Ielly y Hernán Ramírez del STM en la puerta de palacio municipal, quien al ser consultado por los rumores desmintió la situación.
Particularmente dijo: “De eso no tenemos nada. Tuvimos una charla con unas compañeras, que tiene que ver con el tema de ingresos públicos. Desde que vino este jefe nuevo, Claudio, se separaron de Ingresos públicos con lo que es el otro sector. Se separaron. El problema es que no hay lugar, no hay computadoras, no hay nada. Nosotros venimos por ese tema. Las compañeras nos había dicho que ellas se sentían por ahí un…algo, pero nada sexual, sino, algo ya laboral”.
Luego dice: “Era porque a la chiscas primeros les quisieron dar el pase porque no eran de ahí, les quisieron dar el pase a otro lugar una en Malvinas y otra no sé dónde. Pero nosotros estábamos por eso, hablamos y las chicas se quedaron”. Posteriormente afirmó, “el problema estaba en el lugar, antes estaba todo en ingresos públicos, se tomó más gente y hoy las chicas están en un lugar de dos metros, cuatro personas paradas, ocho horas paradas tienen que estar, ocho como mínimo”, “No tienen lugar donde sentarse o tomar agua”, “a las chicas le llegaron ordenes de que la parte de atrás de ingresos públicos no pueden ingresar, ni a comer, ni a tomar un té, nada”, pero en cuanto esto último aclaró que no puede decir si existieron las amenazas o no.
El gremio por su parte expresó a las autoridades que las chicas no podían continuar en ese estado, a lo cual la gestión le respondió que será por un mes hasta que se alquile un nuevo edificio y se pueda solucionar.