Por Graciela Ocampo
Disfrutar de la lectura conlleva desentrañar la escritura que se muestra en las manos de un/a narrador/a que nos invita a pactar con la ficción, sumergirnos en la trama, los ambientes, los personajes, todo un mundo enrarecido al que ingresamos porque podemos suspender la incredulidad, ese es el gran pacto.
En la escuela, ese pacto va acompañado por la mano y la voz de un/a maestro/a o profesor/a, un/a trabajador/a de la palabra bien dicha, del conocimiento, de la formación, de la experimentación que revela identidades, culturas, mundos, vivencias y sentimientos.
En estos tiempos en los que se puso de moda hablar de “emociones”, yo sólo quiero hablar de literatura, porque la lectura literaria implica conmover, perturbar, agitar, afectar, emocionar, alterar, inquietar, pero también enternecer, acompañar, apapachar, vocablo que tiene su origen en la palabra Náhuatl Papatzoa: ablandar fruta con los dedos, pero que se convirtió en “abrazo al alma”; y que en nuestro país designa abrazo, caricia, palmaditas de cariño. Apapachar, eso hizo la señorita Stretchberry, del libro que comento, con su pequeño estudiante, Jack, mientras enseñó a leer, a escribir, a disfrutar de la poesía, a plantear lecturas elogiosas de la dificultad que no obtura, sino que inquieta y desafía, libera tensiones y abre el abanico de los sentidos.
Sharon Creech, dedica este libro, entre otros destinatarios
“(…) a todos los poetas
y maestros y maestras Stretchberrys
que inspiran a sus alumnos todos los días.”
No se pierdan este libro inspirador de una práctica creativa.
Ficha técnica:
- Autor: Creech Sharon
- Ilustrador: Alejandro Magallanes
- Editorial: Fondo de Cultura Económica
- Colección: A la orilla del viento
- Número de páginas: 96
- Formato: Rústica
- Edición: 2021
- Idioma: Castellano