El biogás puede ser empleado como combustible en las cocinas, hornos, estufas, calderas u otros sistemas de combustión a gas.
[dropcap style=’box’]C[/dropcap]uando hablamos de biogás creemos que es algo que se realiza en laboratorio y lo mas alejado de esta realidad es el proceso de la biodegradación de residuos en lugares de utilización del sistema. Los mismos se realizan mediante almacenamiento de desechos, estos almacenamientos pueden ser bolsas digestoras o construidas con materiales que garanticen hermeticidad.
El biogás es un gas que se genera en medios naturales o en dispositivos diseñados para tal fin, como los biodigestores. Este gas es producido por las reacciones de biodegradación de la materia orgánica, mediante la acción de microorganismos y otros factores en ausencia de oxígeno.
La producción de biogás por descomposición anaeróbica es una manera muy útil para tratar residuos biodegradables, ya que produce un combustible de valor (biogás) además de generar un efluente que puede ser utilizado como abono ideal para utilizar en huertas orgánicas.
El poder calorífico promedio del biogás está entre 4.500 a 5.600 kilocalorías por m³. Si bien es menor que el poder calorífico del gas natural que está entre 8.800 a 10.200 kilocalorías por m³, su producción es totalmente natural y puede ser generado tanto en instalaciones industriales como domésticas.
El biogás puede ser empleado como combustible en las cocinas, hornos, estufas, calderas u otros sistemas de combustión a gas debidamente adaptados para tal efecto. También es usado para iluminación y en grandes instalaciones se puede utilizar para alimentar un generador eléctrico.
En un sistema biodigestor que recibe diariamente el estiércol de una granja produce biogás y un potente fertilizante orgánico. El uso de estos biodigestores le permite al agricultor obtener energía renovable en un corto plazo y bienestar social al reutilizar las heces de los animales.