[dropcap style=’box’]E[/dropcap]ste domingo 13 votamos. Es una elección previa para ver quiénes nos representarán en la general legislativa a celebrarse en octubre, es la que posibilitará decir, si el rumbo del actual gobierno beneficia o no los intereses de sus ciudadanos, que a través de su voto, ubicarán más o menos legisladores, que estos juzguen necesarios para que continúen apoyando sus decisiones o por el contrario, los obliguen torcer el rumbo alcanzando en más manos en las cámaras, que se antepongan y sirvan de freno al Ejecutivo.
El Ejecutivo hoy se emparenta fuertemente más con el Poder Judicial que con el legislativo, el pueblo allí representado, es poco acatado por este gobierno, que veta leyes a diestra y siniestra, que afecten sus intereses de “corte empresarial” y no político. La derecha rescata la democracia sólo cuando el pueblo la altera en sus formalidades, cuando sus reclamos se suceden curiosamente porque la democracia se ubica lejos de sus intereses.
Camiones hidrantes, gases lacrimógenos y balas de goma, son las únicas letras con que este Ejecutivo puede llegar a ensayar la palabra Democracia, hasta ahora no ha encontrado otro modo. Quienes contamos ya con muchos años encima, podemos asegurar que este es el único gobierno democrático, que tras un velo de una hipócrita transparencia democrática, pueden observarse marcados modismos imperiales. El domingo por la noche ya sabremos quiénes serán los hombres y mujeres que nos representen en la elección general de octubre.
La Alianza Cambiemos, en casi 2 años de gobierno ha llevado al país a sótanos oscuros y profundos como ningún otro gobierno democrático. Lograr emerger indemne de esa oscura profundidad, posiblemente nos lleve años, tal vez toda una vida. Aún le faltan 2 años y no se observa en superficie, ni el menor indicio de salida. Esta realidad, que sólo fue modificada por coquetas paradas de colectivos y la finalización de obra pública iniciadas en su gran mayoría por el anterior gobierno, altera hasta el más enardecido votante de Cambiemos, que confió en un cambio, en ver un país donde la alegría sellaría cada logro alcanzado por su gobierno, en el que la calidad de empleo nos equipararía a países como Chile, poniéndonos muy cerca del primer mundo, tan “desconectado” por la anterior administración.
os años perdidos en los pasillos de Tribunales intentando poner presos a los funcionarios más afines al kirchnerismo, como a la propia Cristina, adjudicándole la culpabilidad de sus fracasos políticos, por la “corrupción heredada” por esta ex mandataria. Ninguna nación se animó a arriesgar capitales, en un país inmovilizado económicamente, llevando al mismo, a endeudarlo por un siglo, hecho único e insólito, en todo nuestro historial.
Pero resulta que nada de eso ha pasado. Hasta un ciego, lo olfatea a varios metros. Hoy el hambre comienza a aparecer y no es cuento, no existía ninguna posibilidad que así no fuera. Costo de insumos energéticos altísimos, inflación, no apertura de paritarias, descontrol de alimentos básicos, achicamiento de cobertura a los jubilados, no sólo en remedios, sino en sus misérrimos haberes ($6400), despidos por la falta de ingresos y la libre importación que restringe la producción nacional, por otro lado quita de impuestos a los agro-ganaderos, como así también, desgravación impositiva a bienes suntuarios, como ser automóviles de alta gama. En pocas palabras, Macri decididamente vino a gobernar para los que más tienen, pero cuidado, muchos empresarios que también tenían, hoy gracias a este presidente, ya no tienen. Cierran, timbean en la bolsa, dejan de producir, se rajan a otro país, trabajadores en la calle, el mercado que se estrangula y la miseria otra vez o peor que los oscuros 2001. En síntesis, Macri ha realizado todos los esfuerzos posibles para que hoy el pueblo que hace 2 años le prestó su voto, hoy decida quitárselo. Nosotros, ya hemos dicho reiteradas veces porqué y por quiénes vamos a votar, serán aquellos que le griten en el Congreso, en el Senado, en los Concejos Deliberantes con toda la fuerza que le otorguemos, para decirle a Macri y sus representantes, que la Argentina merece volver a ser un país Soberano, económicamente libre, y que la Democracia vuelva a ser la herramienta que el pueblo utilice para poder expresar lo que desee. La Democracia hoy está oxidada, es hora de aceitarla.