Se instalaron nuevos reductores de velocidad en el barrio Bicentenario, donde en una distancia menor a dos cuadras se colocaron tres lomas de burro, una de ellas tapando el acceso a una rampa para discapacitados. Al igual que en anteriores ocasiones los carteles de señalización están a la misma altura que las lomas.
[dropcap style=’box’]D[/dropcap]esde la asunción de la nueva gestión municipal de Cambiemos una de las políticas que más resonancia ha generado dentro de la Dirección de Tránsito, es la instalación de reductores de velocidad, conocidos popularmente como lomas de burro, a lo largo del distrito. Sin embargo todas han seguido el mismo mudus operandi que ha recibido críticas por parte de la comunidad.
Esta vez en el barrio Bicentenario se instalaron tres nuevas lomas de burro, en una distancia menor a dos cuadras, cercanas a la Escuela N° 22 del barrio. Al igual que en los anteriores casos, los carteles de señalización están a la misma altura que las lomas, y además una de las lomas tapa el acceso a una de las rampas para discapacitados de la vereda.
Si bien se suele instalar debido a la necesidad de disminuir la velocidad del tráfico en un concreto sentido de circulación por diversos motivos: zonas peatonales, escuelas o centros de gran afluencia peatonal, también es necesario tomar las medidas preventivas correspondientes. Y es por eso que llamo la atención, tal cual paso con las lomas instaladas sobre el cruce de Avenida España y de Avenida San Martín, en la Avenida Bernardo de Irigoyen al 1400, en ambas manos tanto a Luján como a Moreno, en Fraternidad y ahora en el Bicentenario, que la señalización de las mismas este a la misma altura, imposibilitando cualquier posibilidad de frenar a tiempo para quienes desconozcan la reciente instalación.