Por Milagros García
El prólogo de Beltrán Horisberger lo presenta como una pieza “artivista” (arte + activismo), que desde su polifonía apela a la posibilidad de transformar la percepción de los cuerpos al margen de la hegemonía. Las premisas se apuntalan en el discurso gordo, pero lo trascienden y establecen un parámetro de reflexión sobre muchas fuerzas marginantes: cuestionan la hegemonía estética pero también las fisuras en el discurso sobre la pobreza, sobre las disidencias.
Así que no es necesario ser gorda o haberlo sido para que el núcleo duro de incomodidad que milita este libro haga eco en cualquiera. Interpela también nuestras posiciones en el circuito del deseo, tira de los alambres con los que atamos nuestra autopercepción y los ideales estéticos.
Es un librito muy dinámico, porque los versos de Marianela Saavedra conviven con reflexiones breves (breves en su lectura, digerirlas puede llevar un rato) y perfiles escritos y fotográficos de personalidades que desde diferentes áreas de la cultura afirman su espacio para poner en vigencia un discurso alternativo y autoproducido sobre los cuerpos gordos.
En las maniobras de este libro se recompone una praxis. Es poesía e imagen, pero gestiona una sinergia que actúa sobre nuestro imaginario, descompone ciertos ideales cristalizados, sintoniza la voz del sujeto y de sus interlocutores, tiernos o crueles. El primer poema se titula “El poema que no es poema” y es un “poema que se escribió solo” a partir de frases gordoodiantes. Es eficaz por la materia que lo compone, que nos resulta conocida a todas. O fuimos objeto, o sujeto, o testigo.
Con sus versos y su fotografía, el libro nos propone otra forma de entender los cuerpos. Emanciparlos de la relación pasiva con la hegemonía, que los moldea y los condena, para devolverles agencia en la determinación de su vitalidad: “el cuerpo no es solo lienzo, / es también la aguja tatuando los versos”.
La idea es poder relacionarnos de otra manera con la materialidad que somos y nos rodea, para que nuestra subjetividad también pueda encontrar y proponer nuevas respuestas a inquietudes viejas: “habito la gordura que me habita” condensa, creo yo, la idea que se invita a practicar.
Disfruté mucho esta lectura porque no sintoniza un ‘yo poético’ y deja inmóvil la antena, sino que se atreve a cambiar a media canción, moverse de am a fm, quedarse en la sintonía que no devuelve más que estática. Pero, además, vuelvo a pecar de autorreferencial porque me parece que es valioso contar lo que uno obra nos dice a nosotras desde el lugar que ocupamos: lo que más valoro del libro es que me hizo sentir acompañada en vulnerabilidades a las que no podía ponerle texto. Y ahora sé qué son, y sé que no soy la única que las tiene. La red es el recurso más invaluable en un contexto que constantemente intenta atomizarnos.
Ficha Técnica
- Idioma: español
- Editorial: Sudestada
- Autora: Marianela Saavedra
- Cantidad de páginas: 128
- Año: 2023