En los últimos días, el ex presidente Mauricio Macri criticó a la actual dirigencia de Boca, afirmando que la gestión, que tiene a Juan Román Riquelme como principal exponente, “está arruinando” al club. Tales declaraciones resultan bochornosas viniendo de quien vienen, nada más y nada menos que el tipo que pasará a la historia por la catastrófica deuda que contrajo para nuestro país. Aquel que tomara la deuda más grande en la historia del FMI. Y así se lo hizo saber el Patrón Bermúdez, quien le salió al cruce con la precisión y firmeza que demostraba dentro del campo de juego: “Me sorprende que el mandatario que más endeudó al país, históricamente, que no puede darle lecciones a nadie de cómo administrar, salga y hable mal de nuestro club”.
Bianchi, Román, Palermo, el mellizo, los -con cariño- colombianos… De ellos nos acordamos los bosteros cuando pensamos en la época dorada de nuestra institución. El “Topo Gigio” que le dedicó Román y el plantón que le dio el Virrey en conferencia de prensa son las imágenes que guardo del dirigente del PRO al mando de nuestro club.
Que se lave la boca a la hora al hablar del máximo ídolo xeneize, y que se llame a silencio cuando de administrar se trate. A vos, Macri, como bostero y como argentino, ni un ápice de cariño. Señor, Boca es pueblo y, por tanto, usted nunca será bandera.