Nuestra historia
[dropcap style=’box’]L[/dropcap]a idea de creación de este medio de comunicación surge allá por el 2014, en medio del debate por la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, y la decisión de poder contar con un espacio que hable, piense y sienta desde la posición de los trabajadores y trabajadoras y que se permitiera intervenir, con una perspectiva popular, la agenda fijada por los grandes medios masivos de comunicación.
Entre un amplio grupo de compañeros, trabajadores de la industria láctea, comenzamos a debatir acerca de la importancia que tienen los medios de comunicación respecto de aquello que se difunde, si la información que proporcionan es pertinente a nuestros intereses y si teníamos lugar a la participación en ellos.
En ese contexto, en el marco del debate colectivo, se propuso la creación de un medio grafico conducido y confeccionado por nosotros mismos. Una herramienta fundamental para dar a conocer nuestras voces, las Voces de Los Pueblos.
Muchos compañeros se fueron sumando en el camino. Dentro de las fábricas había un potencial que nadie había tenido en cuenta, o que más bien siempre se trató de ocultar. Periodistas, diseñadores gráficos, caricaturistas, psicólogos, analistas políticos, fotógrafos, poetas, historiadores, el abanico era muy amplio y todos ellos esperando la oportunidad de poder participar.
En febrero del 2015, salía a la calle la primera edición impresa, hoy también medio digital.
En ese entonces entró en escena la experiencia que fomentamos como asistencia a la palabra y al fortalecimiento de la conciencia, que hacen decible al trabajador que reflexiona y se organiza, cuya existencia es negada y silenciada. Nuestra propia publicación impresa y digital, se cristalizarían finalmente como uno de los bastiones más de lucha y resistencia del movimiento obrero.
Desde entonces nuestra editorial está pensada en función de aquello que nosotros consideramos como sustento de esta actividad, que con tanta pasión y compromiso abordamos, dar la batalla cultural en función de determinados intereses. En este sentido podemos decir que como cualquier otro medio de comunicación no somos independientes. La clase trabajadora designa cada día nuestro desempeño.
Esto que seguimos haciendo hoy es posible gracias a los trabajadores, los compañeros que se fueron sumando, que ofrecen tiempo de su vida en darle impulso a este medio sabiendo que la única retribución que tendrán a cambio de ello es generar una instancia más de lucha y organización; gracias a los dirigentes sindicales que supieron entender que la lucha implica, también, defender la trama profunda, vital y libertaria de la cultura, porque no se sienten temerosos de los trabajadores empoderados y que por sobre todas las cosas siguen dando pelea contra el atropello de quienes a lo largo de la historia se han ocupado de someternos.
La batalla de sentidos en el ámbito de la cultura es, más que una obligación, una necesidad para asegurar las conquistas obtenidas, pero también para profundizarlas.
Y en ese camino seguimos, seguimos dando la batalla cultural, aun en medio de tanta brutalidad neoliberal, soportando la barbarie revanchista de la derecha que no perdonará que en estos últimos años hayamos tenido la osadía de vivir un poco mejor a costa de sus ingresos. No nos han vencido.