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OPINIÓN
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El neoliberalismo propone un juego en el mundo de la economía que no es difícil de comprender, no hace falta ser un erudito en el tema, pues sus medidas lo vivimos todos, todos los santos días.
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[intense_dropcap]I[/intense_dropcap]maginemos a este mundo como un gran hipermercado, que tiene una característica peculiar, es la de ser global o sea que en cualquier lugar de la tierra es exactamente igual, con la misma política de funcionamiento, este supermercado ofrece todo lo que uno pueda y no pueda imaginar. Pero lo que más importa es que tiene una regla nueva, uno está obligado a comprar, no tiene opción, todo lo que ese mercado global tiene es deseable, pues las propagandas lo hacen deseable a todos los ciudadanos del mundo, pues apunta a la subjetividad de cada uno.
Esta forma de marketing no sería un problema si no fuera por una cuestión; que es la de que no todos pueden comprar, hay una gran cantidad de personas que se quedan afuera sin poder adquirir lo que el mercado ofrece, entonces a simple vista se aprecia que este mercado margina y también empuja a la muerte a los que no pueden comprar lo que se ofrece.
Sabemos que en el mundo de la oferta y la demanda para poder adquirir un bien a consumir hay que tener dinero, y para tener dinero hay que tener un salario y para ello un trabajo. Hoy el trabajo escasea, pues el sistema de producción implementa tecnologías que reemplaza a la mano del ser humano, escupiendo grandes cantidades de gentes afuera del sistema laboral y eso nos deja a los que quedamos por fuera sin posibilidad de comprar los bienes y servicios. Así concluimos que los pobres son aquellos que expulsa este mercado laboral, no porque en ellos falte capacidad sino porque se elige al azar quien debe perder, y la meritocracia hace que carguemos nosotros con la culpa de la pobreza. Así cargando con una culpa que no nos corresponde, vamos por un camino sin más remedio que soñar salir de la pobreza o resignando nuestras vidas a ese destino fatal de perdedores que obstruye la rebeldía frente al neoliberalismo.
Sin muchas palabras académicas eso es el neoliberalismo económico, en resumen todo lo que existe en la naturaleza y por fuera de ella este a la venta, una hora al lado de un rio, el aire puro de una montaña, la ropa de moda o la salud, como la educación etc. todo es un bien de consumo que podemos adquirir siempre y cuando podamos pagar, pero si no podemos pagar el sistema también creó un método para hacernos sentir culpable por no poder pagar, culpables por nacer pobres, culpables por pertenecer a tal o cual nación, por pertenecer a tal o cual religión. En fin el neoliberalismo nos expulsa del sistema creando infortunados y a la vez culpables que en definitiva son los mismos.
¿Cómo se traduce eso en la realidad cotidiana de nuestro querido Gral. Rodríguez? Tomemos por ejemplo el querido hospital, la campaña de este gobierno fue, junto a la gobernadora, una promesa que quedo en eso, ocuparse de él, pues en el fondo el proyecto es privatizar la salud, el estado en manos de estos gobernantes es el administrador de lo privado y lo privado como dijimos hace de todos estos derechos de los ciudadanos en una nación libre un negocio.
En función de este plan político que implementó cambiemos desde el 10 de Diciembre del año pasado, y como el gobierno local es la correa de transmisión del gobierno nacional, el hospital Vicente López está siendo condenado, pues es claro que el objetivo es privatizar la salud y la única discusión que tiene lugar acá es la cuestión de lo público en las políticas actuales, perdiendo ese objetivo todas las campañas de solidaridad que apuntan a salvar el hospital son una aspirina para un enfermo de cáncer, no digo que en lo inmediato no sirva, digo que no alcanza solo con esas acciones.