Fue uno de los más notables economistas argentinos, precursor del periodismo nacional, impulsor de la educación popular, la industria nacional y la justicia social. Sin embargo tan solo se lo recuerda por ser el creador de la bandera.
[dropcap style=’box’]S[/dropcap]e destacó durante las invasiones inglesas, cuando se incorporó a las milicias criollas, y fue uno de los pocos que se negaron a prestar juramento al invasor.
Cumplió un rol protagónico durante la Revolución de Mayo y fue vocal de la Primera Junta.
Encabezó la expedición al Paraguay; y el 27 de febrero de 1812 creó la bandera.
En el Norte encabezó el heroico éxodo del pueblo jujeño y logró las grandes victorias de Tucumán y Salta.
En 1816, participó activamente en el Congreso de Tucumán que el 9 de julio declararía la Independencia.
Belgrano fue todo eso y mucho más, sin embargo no tiene un día en el calendario, el día de su muerte es el “Día de la Bandera”.
Era rico, pero había invertido todo su capital en la revolución. El 20 de junio de 1820 moría en la pobreza extrema y casi en soledad. Sin embargo nunca dejó de reclamar aquello que le correspondía, parte de lo cual donaría a la construcción de una escuela pública.
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“Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella”
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Entre otras cosas, fue ideólogo de la subversión americana ante el colonialismo, estaba marcado por una profunda sensibilidad social, propuso una verdadera reforma agraria basada en la expropiación de las tierras baldías para entregarlas a los desposeídos, indicaba a la propiedad de unos pocos como condición necesaria para hundir a la mayor parte de los hombres a lo más estrechamente necesario para subsistir, era defensor de la industria nacional, destacaba la imperiosa necesidad de formar un sólido mercado interno, necesario para una distribución equitativa de la riqueza, fue impulsor de la educación gratuita y popular, decretó la libertad e igualdad de los indios y el fin del tributo y los servicios personales de las Misiones, y no estuvo de acuerdo con la guerra civil contra los caudillos del Litoral, entre provincias hermanas.
El olvido que envolvió la profundidad y el alcance real de su pensamiento, tanto en sus últimos días, como en la actualidad, no fue casualidad.
Las ideas de Belgrano encontraron la firme oposición de algunos cuantos, de esos que son de la misma estirpe que hoy siguen del mismo lado de la historia. Un visionario cuyo pensamiento, cientos años después, conservan una innegable vigencia en quienes luchan por consolidar una patria más justa, libre y soberana.