Los trabajadores del corralón continúan reclamando la entrega de la ropa de trabajo y denuncian malos tratos de funcionarios de recursos humanos.
[dropcap style=’box’]A[/dropcap]l parecer los conflictos en el corralón municipal no tienen fin.
Hace muy poco tiempo se produjo la desvinculación de Pedro García al frente de la secretaria de servicios públicos. El funcionario había enfrentado innumerables acusaciones de maltratos por parte de los trabajadores.
Cuando García quedó fuera, se nombró a Lucas Kubar, hermano del intendente, como referente del área. Sin embargo parece que la situación no cambió demasiado.
Un nuevo conflicto se sucedió al cierre de esta edición, en la mañana del martes 26 de julio, cuando los trabajadores realizaron una medida de fuerza.
Un paisaje varias veces visto desde que comenzó la gestión de Darío Kubar se presentaba en la calle Teresa de Calcuta.
Al igual que meses atrás, quienes desempeñan tareas en el corralón, se volvieron a manifestar en reclamo de la ropa de trabajo y maltratos.
Lo manifestado por el delegado del STM, Tito Almaraz, fue: “la medida de fuerza de hoy fue por un mal entendido, por mala voluntad de algunas personas, no del empleado sino de la persona que depende la entrega de la indumentaria. Ahora yo si tenes el pantalón, la camisa y el pulóver, porque no lo entregas si lo tenes como hace 15 días. Me parece que no hubo buena voluntad en la entrega, no en la compra. La indumentaria está pero no la entregan por eso estamos donde estamos. El que se encarga de la entrega me parece que tiene que dar un paso al costado”.
Según se expresaron en asamblea, aún hay gente a la que le deben ropa del año pasado. En total los trabajadores son 450 aproximadamente.
Por otra parte Almaraz contó “cuando fueron a reclama algún jefe los vio y les dijo: vayan a trabajar porque están en horario de trabajo. Pero si vamos porque el jefe del área nos manda porque la entrega de indumentaria es de 8 a 12, nosotros salimos a la 1, es difícil”
Además el resto de los trabajadores expresaron situaciones en las que habrían sido maltratados: “No quieren que vayan sucios. Se enojan si entras sucio”, “como quieren que vayamos si estamos trabajando nosotros”, “Es una cosa que no se puede entender”.
La medida de fuerza se levantó con la promesa de que la indumentaria se entregaría en tandas ese mismo día. Sin embargo se advirtió que de no contar con la misma podían no salir a trabajar.