El viernes 10 de septiembre, el abogado de trabajadores y profesor universitario, Luis Roa, fue entrevistado por Radio Atilra. En una charla profunda, se refirió al nuevo intento de los sectores macristas de avanzar contra el movimiento obrero, en este caso impulsando la eliminación de la indemnización por despido, una consigna esbozada por el actual intendente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.
“Es la vieja teoría de que si los laburantes tenemos menos derechos van a llover los ofrecimientos de empleos”, disparó de entrada Luis Roa.
Rastreando los orígenes de la indemnización por despido, Roa aseguro que “lo que propone esta gente está a la derecha de la derecha”, pues el mismísimo abuelo de quien hoy gobierna la ciudad de buenos aires, homónimo, fue quien en 1934 llevo adelante la creación de esta medida, solo que luego “Perón doblo la indemnización por despido, porque era medio sueldo por año trabajado y la convirtió en un sueldo por año trabajado y la extendió a todos los trabajadores del sector privado”.
Esto no significa que el abuelito del derechista Larreta era un defensor del movimiento obrero, más bien lo contrario; fue quien legitimo legalmente el golpe militar contra Irigoyen, en 1930 y, sin embargo, aun así, su nietito intenta derogar lo que su abuelo sanciono.
El docente de la Universidad de Moreno aseguro que lo que buscan desde el macrismo “es modificar la correlación de fuerzas entre el capital y el trabajo. Esta reforma laboral que proponen es más puntual. Ellos lo que quieren es que sea costo cero echar a una persona sin motivos”.
Roa se preguntó, contradiciendo a quienes se preocupan tanto por la seguridad jurídica del capital: “¿y la seguridad jurídica de los laburantes, cuando rompen un contrato de trabajo? No solamente están rompiendo un contrato, están rompiendo un proyecto de vida”.
En esta línea, el abogado agrego que además de lo que hace la derecha, también le preocupa “lo que hacemos nosotros”. Por ello, sostuvo que “cuando nosotros decimos que queremos que se reduzca la jornada laboral, es la forma módica en la que decimos que también queremos vernos beneficiados con ese aumento de la productividad. Estamos discutiendo quien se apropia de los distintos pedazos del aumento de la rentabilidad que ha obtenido el capital. Teníamos esa agenda, y de pronto parece que retrocedimos y volvimos a mordernos la cola. Ahora estamos discutiendo lo que el gobierno promovido por el abuelo de Larreta tenía como algo claro. Nos están cambiando la agenda y nosotros tenemos que tener una agenda propia y defenderla. Los laburantes tenemos que pensar como laburantes”.
Filoso, Roa se vuelve a preguntar si “algunos de estos con doble o triple apellido sabe lo que es recibir un telegrama de despido y como te jode la vida. Es violencia laboral recibir ese telegrama de despido. Hay que recuperar ese humanismo básico”.
En este sentido, sumaba al análisis la necesidad de que se construya “una hegemonía que tenga como cabeza los intereses de los y las laburantes. La política no puede ser el arte de lo posible, tiene que ser el de hacer posible lo imposible. Tenemos que ir corriendo la frontera de lo que es posible. Todos los días un paso adelante. La clase obrera tiene que jugar ese papel estratégico, el movimiento obrero organizado”. Ello, como condición para poder “resolver las cuestiones estratégicas de la nación, la cuestión de la deuda, la deuda interna que tenemos con el 40 por ciento de pobre que tenemos, con los desocupados que siguen siendo muchos, con los que ganan poco”.
Como reflexión final, Roa realizó una interesante conclusión analítica que vale la pena transcribir completa a pesar de su extensión, por su profundidad analítica y su relevancia en cuanto a la necesidad de pensar la acción política desde el movimiento obrero: “La presencia del estado regulando el mercado en la economía puede definir al desarrollismo, la expansión de la demanda agregada, un modelo industrial, la satisfacción de las necesidades del mercado interno puede ser perfectamente parte de un modelo desarrollista, pero voz me mencionaste la otra palabra, el hecho maldito. Cuando está presente el estado, cuando se resalta y se señala la autonomía estratégica de la nación, cuando ese estado maneja los resortes de la economía y es el estado y no el mercado el que regula a la sociedad, cuando se habla de la expansión de la demanda agregada, es decir, de los derechos populares, y de los ingresos de los sectores populares, eso no se llama solo desarrollismo. Si a eso le agregas el protagonismo político de la clase obrera, eso es el peronismo”.
Escrito de Luis Roa: EL DISCRETO ENCANTO DE LA BURGUESÍA (o la vieja obsesión de eliminar la indemnización por despido)
La propuesta de Larreta de eliminar la indemnización por despido no solo es antiobrera por afectar los derechos e intereses de las y los trabajadores. Es definitivamente inconstitucional.
Porque viola los artículos 19 y 14 bis de la Constitución Nacional.
El hecho que exista un régimen parecido para la industria de la Construcción no purga el intento: aquel, fue un sistema que se implantó a sangre y fuego en las dictaduras de Onganía (ley 17258) y Videla (ley 22.250). El sistema propuesto no difiere de los intentos de crear un sistema de capitalización individual durante el sadomenemismo (1996 y 1998), o el fondo de cese laboral del macrismo en las fallidas reformas del 2017 y 2018.
La derecha viene amagando hace un tiempo, pero el 17 de agosto presentó un proyecto en la Cámara de Diputados de la Nación para vender al electorado que pide sangre y sudor obrero (Expediente 3461-D-2021. Trámite Parlamentario N°115).
Allí se despachan:
- Proponen crear un Seguro de Garantía de Indemnización (SGI) como “institución indemnizatoria del trabajo” que quiere reemplazar las indemnizaciones de lxs trabajadores “ante eventuales pérdidas de puestos laborales o cese de actividades” (sic), o sea que reemplaza la indemnización por despido entre otras.
- A tal fin se crearía un fondo de capitalización (¿te suena?), un fideicomiso que financiaría el pago de las “indemnizaciones” mediante “remuneraciones mensuales” (sic) a las y los trabajadores que se queden sin trabajo. Dicho fondo sería administrado por el Anses y articulado con el Banco Central y la Superintendencia de Seguros de la Nación.
- Es indudable que el proyecto busca confundir todo: hacer aparecer a los despidos como contingencias sociales que deben ser amparadas por una suerte de organismo de la seguridad social. Lo cierto que el despido arbitrario no es una contingencia social, como lo puede ser la vejez o la enfermedad. Es un acto unilateral y despótico del empleador que tiene la capacidad de destruir un proyecto de vida. No es la sociedad, sino los patrones los que deben reparar e indemnizar. Larreta y sus amigues proponen el socialismo al revés: apropiarse de las ganancias y socializar las perdidas. Y en esto, adivina quién es responsable si se patinan la plata del fondo… si, adivinaste: el Estado.
- El mentado fondo se integraría con aportes de empresarios y… si, también de lxs trabajadores. Es decir, vos vas a financiar tu despido arbitrario, o cuando cierra la empresa ante el concurso o la quiebra que provocó el patrón la plata también va a salir de tu bolsillo.
- A las prestaciones del fondo las llama “remuneraciones”, en otra imposible confusión que busca disfrazar las cosas: si son remuneraciones no pueden ser indemnizaciones. Las remuneraciones son la contraprestación que perciben lxs trabajadores derivadas del contrato de trabajo. Las indemnizaciones son prestaciones que perciben lxs trabajadores como consecuencia del daño sufrido, o sea, del despido arbitrario del patrón.
- La confusión conceptual es nada casual, porque lo que pretende todo esto, es naturalizar el cese laboral, alentando la rotación del personal, difuminando las fronteras entre los distintos tipos de ruptura, borrando la diferencia entre lo licito y lo ilícito. ¿Te acordas cuando Estaban Bullrich te decía que debíamos crear argentinos capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla…? ¿o cuando el secretario de Empleo de Macri te decía que tomar y despedir trabajadores debía ser como “comer y descomer”?
- Me pongo un toque en leguleyo. El artículo 19 de la Constitución (que data de 1853) obliga a todxs lxs ciudadanos a no dañar a otrx, y si lo hace tiene que reparar el daño, o sea indemnizar. Algo así como que el que rompe, paga. Y el artículo 14 bis (¡de 1957!) dice que el trabajo en sus diversas formas gozara de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador… protección frente al despido arbitrario. Es decir, si el patrón rompe el contrato sin motivo, provoca un daño, y por lo tanto tienen que indemnizar. En mi barrio eso no tiene nada que ver con una remuneración.
- Y lo peor… no te van a pagar esa “remuneración” toda junta, sino en cuotas mensuales iguales a tu último sueldo, y hasta que se agote el dinero acumulado o consigas laburo. Y tampoco siempre, sino por tantos meses equivalentes a los años de antigüedad… Ah… y el dinero depositado se ajustará acorde la inflación: olvídate de ganarle al aumento del costo de vida.
- Si te despiden… el empleador te va a pagar la primera cuota, luego lo hará el fondo. O sea, lo que es la actual indemnización en cabeza del patrón solo se reducirá a un mes de salarios. Si renunciaste, olvídate, empezas a cobrar recién al segundo mes.
- Tampoco cobras si cambias de laburo: en rigor, el nuevo invento de la derecha actúa como seguro de desempleo, y no como reparación del daño sufrido ante el despido.
- ¿A quién alcance el dichoso seguro? A todas, todos y todes les trabajadores del sector privado y público… y la estabilidad de los empleadxs públicos que consagra el art. 14 bis CN… bien gracias.
- Ah, y si te morís, olvídate que la familia que te sobrevive sea causahabiente como ahora… el dinero acumulado forma parte del acervo hereditario… con lo que sí o sí tenes que hacer la sucesión.
En resumen… un esperpento que no tiene nada de técnico, poco de jurídico, pero sí mucho de sobreactuación caza votos de la derecha, anti obrera e inconstitucional.