Mientras hacían fracasar la reunión para intentar destrabar la crítica situación que padecen los trabajadores SanCor, empresarios y funcionarios de las altas esferas de gobierno daban impulso a la flexibilización.
[dropcap style=’box’]E[/dropcap]l martes 2 de mayo iba a desarrollarse una reunión clave entre los representantes de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (ATILRA), representantes de la empresa láctea SanCor CUL y representantes del gobierno nacional, para intentar poner fin a la dramática situación que padecen los más de 4000 trabajadores.
Finalmente el encuentro no se realizó, según se manifestó en diferentes medios, momentos antes de realizarse, las cámaras empresarias comenzaron a presionar a los dirigentes sindicales para que en la mesa de discusión se tratara la no negociación de salario en paritarias por dos años y además la modificación del convenio colectivo de trabajo. Es decir, que se negociaran los derechos de los trabajadores lecheros en su conjunto a cambio del salvataje de SanCor.
Con una clara intención de flexibilizar las condiciones laborales que actualmente poseen los trabajadores lecheros, incluidos bajo el convenio 2/88, el mismo ministro de Agroindustria de la Nación, Ricardo Buryaile, sostuvo que la intención del gobierno es que Sancor y el resto de la industria láctea sea autosustentable, para lo cual según él se deben reducir lo que llaman “costos”, pero no cualquiera, sino los que afectan directamente la vida de los trabajadores.
Cabe destacar que en las últimas horas, Mauricio Macri expresó específicamente, entre otras cosas que van por la reforma Convenio Colectivo de Trabajo de los trabajadores de la industria láctea. “Un pésimo convenio laboral”, así lo calificó el presidente, aun cuando es bien conocido que las condiciones laborales, los beneficios y el salario de los trabajadores lecheros son de los mejores de nuestro país.
Dado el panorama que se afronta, dirigentes de Atilra por su parte, expresaron en el día de ayer que se había decidido en asambleas el paro por tiempo indeterminado, en principio en solidaridad con los trabajadores de SanCor, pero también por la embestida que desde algunos medios de comunicación se está llevando adelante para allanar el terreno en contra de la organización gremial con las claras intenciones de doblegarlos para que acepten negociar derechos conquistados en los últimos años.
Teniendo en cuenta los acontecimientos, es claro que las dificultades que afronta SanCor sobrepasaron los límites de la empresa propiamente dicha. La situación por la que atraviesa el sector a esta altura pasa a ser vendida por empresarios y funcionarios de gobierno como el caso testigo de la “pérdida de competitividad por el aumento de costos”, para después decir que eso pone en riesgo el futuro de la firma, y las fuentes de trabajo, y que por lo tanto es necesario reducirlos, claro que el recorte que proponen afecta a los más débiles, los trabajadores. Hasta las paritarias metieron en la discusión. Las intenciones hasta acá son más que claras.
Hay que tener en cuenta que además que el Presidente Macri advirtió que si no se llega a un acuerdo habrá que «salir a buscar un socio» para la láctea. Por ello hay que destacar que, según trascendió en algunos medios, en el Gabinete habría algunos interesados en que la cooperativa venda algunas de sus unidades más rentables. Teniendo en cuenta ello hay que recordar que el ministro de Producción de Santa Fe, Luis Contigiani, avivó esa sospecha al señalar que el vicejefe de gabinete, Gustavo Lopetegui, tiene «un conflicto de intereses«. Señaló que es accionista y uno de los fundadores de la láctea Pampa Chesse, que opera en la cuenca lechera santafesina, y recordó que fue director de Milkaut entre 2002 y 2003, antes de su desplome. «Él se tiene que retirar (de las tratativas con SanCor) por una cuestión ética, no puede ser juez y parte«, advirtió Contigiani.
Luego del fracaso de las negociaciones, el Gobierno frenó la autorización del crédito previsto para la láctea. En medio de la crisis que afecta a SanCor, el macrismo aprovechó para ligar su «rescate» a la flexibilización de todo el sector. «Requiere que se reviertan muchos errores cometidos en los últimos 10 años«, sentenció Macri. Así, lo que comenzó como una negociación específica (por la que se otorgaría ayuda estatal), pasó a convertirse en el punto de partida elegido por las autoridades para impulsar un acuerdo similar al de Vaca Muerta en el rubro petrolero. Lograr un convenio en el que los trabajadores pierdan derechos.
Para lograrlo se están cargando las tintas para dejar en la indefensión a miles de trabajadores, que para salvaguarda de sus derechos cuentan con la representación gremial. Y por lo que se pudo apreciar hasta el momento, destruir la organización es el principal objetivo.