El amor y su firme vocación por aprender y enseñar no fue algo fortuito, sino que estaba sellado desde pequeña. Sus padres le habían regalado un pizarrón donde jugaba a ser maestra: le gustaba leer manuales, armar preguntas y cuentas para resolver. En la escuela, las matemáticas se convirtieron en su asignatura favorita. A la hora de realizar los ejercicios no tenía grandes dificultades y disfrutaba llegar al mismo resultado a través de procedimientos diferentes.
De chica le gustaba ayudar y explicar a sus compañeros, eso luego la llevó a dar clases particulares. Al principio, no se veía trabajando dentro de un aula, hasta que un día, luego de malas experiencias en el ámbito laboral, decidió empezar a estudiar y se le abrió un mundo de posibilidades. Se anotó en el Profesorado de Matemática, en el Instituto Superior de Formación Docente N° 23 de Luján. En el 2008 se recibió y, gracias a la educación pública, se convirtió en la primera generación universitaria de su familia.
Actualmente, Lorena vive en el barrio Los Viveros y se desempeña como profesora de matemáticas en la Escuela Secundaria N° 5, ubicada en el Barrio Altos de San Joaquín. Por otro lado, sus ganas de seguir aprendiendo la llevaron a formarse en nuevas áreas. Así fue como se recibió de Especialista Docente de Nivel Superior en Educación y TIC, y en Marketing Digital. Estos acercamientos a las nuevas tecnologías le abrieron la posibilidad de conocer nuevas herramientas capaces de transformar y mejorar la enseñanza, sobre todo a partir de la irrupción de la pandemia, cuando el aula debió trasladarse al espacio virtual.
Su paso por Tik Tok y la creación de su canal
La idea de ser youtuber surge en el año 2019 cuando uno de sus cursos le propone abrir un canal en Youtube para subir tutoriales explicativos. “Ellos me decían que iba a estar bueno, pero sabía que sola no iba a poder hacerlo. Entonces, les propuse que podíamos implementarlo como proyecto, donde participaran en la grabación y la edición de los videos”, cuenta Ortiz. Para llevar esa iniciativa adelante, necesitaba contar con las autorizaciones y el consentimiento de los padres y madres de los estudiantes. “Algunos decían que sí, pero otros estaban en desacuerdo. Eso me bajoneó un poco porque yo quería que participaran todos”, dice.
El año lectivo siguió su curso y la idea quedó truncada. A principios del 2020, Lorena decide hacer la presentación formal del proyecto, con los objetivos establecidos y con un producto final para poder ser realizado. Sin embargo, la pandemia de Covid-19 trastoca bruscamente los planes y rutinas de la sociedad y, sobre todo, impacta profundamente en el sector educativo. Las dificultades en el acceso a internet y a contar con la tecnología necesaria hicieron que muchas trayectorias escolares quedaran discontinuadas. Los docentes buscaron las mil y una maneras para poder seguir en contacto con sus estudiantes y llevar adelante los procesos de aprendizaje.
“Era muy difícil tener clases por plataformas como Zoom o Meet, en su mayoría usábamos los grupos de Whatsapp, también era complicado compartir videos porque no se podían descargar por falta de almacenamiento”, explica Ortiz. En ese momento es cuando se le ocurre hacer videos muy cortos en Tik Tok, una de las aplicaciones que en ese momento empezaba a estar de moda. “Además de darles la clase, les compartía el link para acceder a esos contenidos”, agrega. Así fue como, de a poco, empezó a subir explicaciones breves sobre ecuaciones, fracciones, multiplicaciones, polinomios, porcentajes, entre otros temas.
Al principio, cuenta que la idea era explicar los contenidos que estaban viendo en ese momento sus alumnos. Sin embargo, los videos eran compartidos a través de las redes sociales y eso generaba que tuvieran mayor llegada. “No me esperaba llegar a tantas personas, solamente estaba destinado a mis estudiantes, pero empezó a ser visto por gente del interior del país, de Colombia, de Perú y otros lugares”, relata. A medida que los seguidores iban incrementándose, le iban sugiriendo temas a tratar y dudas para resolver.
De los videos cortos, filmados y editados por ella con su celular, pasó a hacer transmisiones en vivo que duraban entre dos o tres horas. En su pizarra y con su fibrón iba realizando diferentes ejercicios para que sus seguidores pudieran comprender y resolver en conjunto. A partir del chat podían interactuar los alumnos de distintas partes del mundo con la docente, preguntar lo que no entendían y ayudarse entre sí. Hoy su cuenta en Tik Tok cuenta con casi 30 mil seguidores y más de 98 mil «me gusta». Actualmente, Ortiz dejó de usar esa aplicación debido a algunos comentarios malintencionados que recibió y que la llevaron a alejarse de esta herramienta. Sin embargo, aún no pudo eliminar su perfil y los contenidos siguen disponibles para todo el público.
Su pasión por enseñar la llevó a explorar Youtube y a crear su canal llamado “La profe de mate Lore”. Mutar de plataforma implicó la adaptación a un nuevo formato y estilo. Así fue como comenzó a subir videos de entre 5 y 15 minutos de duración, donde además de tratar los contenidos propios de su materia, daba recomendaciones a sus alumnos para cuidarse del coronavirus. Quienes la conocían por sus tik toks se suscribieron a su nueva cuenta y utilizaban la sección de comentarios para interactuar con la docente. Los tutoriales de matemáticas empezaron a estar destinados tanto para el nivel primario, secundario y universitario. La recepción fue muy positiva y hoy por hoy su canal cuenta con más de 7 mil suscriptores y 190 mil visualizaciones.
“El crecimiento inesperado del canal me motivó a querer mejorar el contenido. Me senté a estudiar la plataforma y conocí una cuenta que se llama ´Quiero ser Youtuber´. Justo en ese momento habían lanzado un concurso y quedé seleccionada para tener una capacitación personalizada para mejorar el canal. Eso me permitió conocer gente y experiencias de otros lados y sumar nuevas herramientas”, afirma Ortiz. De esta manera, a fines del 2020 cumplió con su primer objetivo que era llegar a los 1000 suscriptores, uno de los requisitos necesarios para convertirse en socia de Youtube y, de esta manera, comenzar a obtener ingresos publicitarios. Al tiempo, cuenta Lorena, llegó a las 4000 horas de reproducción públicas válidas para monetizar su canal, aunque por el momento no recibe ningún pago y tampoco es su principal intención.
Compartir conocimientos
A medida que el canal iba sumando nuevos suscriptores, Lorena se interesó en la creación de una nueva sección destinada a los docentes. El objetivo inicial era dar consejos sobre las nuevas tecnologías y compartir recomendaciones y tips para que sus colegas los pudieran implementar en sus clases. “Comencé a indagar junto a mis compañeras docentes qué les gustaría aprender y me decían que querían saber hacer sopas de letras, crucigramas o tablas”. Eso la impulsa a hacer su primer video donde explica cómo hacer esas actividades a través de distintas aplicaciones, y obtiene de parte de sus colegas una respuesta muy positiva.
En ese contexto, la pandemia había introducido la digitalización de los trámites que tradicionalmente se realizaban de forma presencial y eso generaba muchas complicaciones, sobre todo a los docentes que recién iniciaban este camino. “Me acuerdo que mis colegas me consultaban cómo tenían que hacer para inscribirse en los distintos listados porque era algo totalmente nuevo. Hice un video sobre este tema y fue compartido en muchos grupos docentes”, relata Ortiz. Ese fue el puntapié inicial que la incentivó a subir más contenido informativo destinado a colegas sobre los actos públicos digitales, la jubilación online, el sueldo docente, el puntaje de ingreso, entre otros temas.
“Esto hizo que me sentara a estudiar en profundidad el Estatuto del Docente y las diferentes normativas existentes para poder brindar una información completa y correcta. Llegaban muchas dudas y consultas de otros docentes de la provincia de Buenos Aires y desde mi lugar intentaba ayudarlos con lo que sabía”, señala Ortiz. Además, menciona que muchos docentes, a modo de agradecimiento, le quisieron transferir dinero y ella se negó por completo. “A mis colegas les digo que sean un motor para transformar a otros, y sobre todo, acompañar y dar una mano a quienes recién se inician en el camino de la docencia. Cuando salís del profesorado te encontrás con un mundo desconocido donde hay que preguntar y tomar la experiencia de los otros”, dice.
En ese sentido, recuerda haber estado un poco perdida cuando ingresó al sistema educativo, sobre todo en la parte administrativa, donde la información que circula es poca y no suele ser clara. Hoy, con 14 años de experiencia en el mundo de la docencia, resalta: “A quienes están empezando les recomiendo leer el estatuto y las normativas para poder conocer cuáles son nuestros derechos y obligaciones como docentes”. En relación al miedo que suele aparecer sobre todo en las primeras prácticas docentes dice: “El miedo no nos debe paralizar. Lo mejor es ir, conocer a los alumnos, hacer un diagnóstico y tener presentes los conocimientos que fuimos aprendiendo durante nuestras formaciones”.
En la misma línea, menciona la importancia de animarse y estar abiertos a lo nuevo para lograr aprendizajes significativos. “No hay secretos para despertar el interés de nuestros alumnos, eso se construye día a día. Es fundamental que puedan participar, preguntar y mostrarles que hay mil maneras de aprender, por ejemplo, la posibilidad de trabajar sobre el error para mejorar”, concluye Ortiz. Sin duda, esto rompe con la idea de entender al error como un fracaso, cuando en realidad se trata de una herramienta válida y una oportunidad para promover los aprendizajes. Además, su compromiso tanto dentro como fuera del aula, nos habla de la elección de la docencia como un estilo de vida.