La organización de las masas produjo aquel 17 de octubre una gran manifestación de trabajadores en las calles, porque Perón pudo sintetizar una larga lucha que tenía como protagonistas a los obreros y desde el estado, desde el coraje y la decisión política otorgo reivindicaciones largamente anheladas.
[dropcap style=’box’]D[/dropcap]icen que anduvo metiéndole manos al asunto, ella, la mujer cuyo nombre hecho bandera recorre los corazones que palpitan al paso de su belleza. Otros dicen que el pueblo salió convencido, frente a las necesidades concretas, que no hubo organización ni nada parecido.
Lo cierto de esto es que el general estaba preso, y que el general era un milico y los milicos habían hecho demasiado daño a la clase trabajadora a lo largo de la historia argentina. Estaban todavía latentes los fusilamientos de la Patagonia, los fusilamientos de la forestal y más atrás el primero de mayo de 1909 entre otras calamidades provocada por la oligarquía intentando acallar a los trabajadores. El ejercito tenia manchadas sus manos de sangre obrera. Pero la historia no es lineal, no podemos decir que dos más dos son cuatro, de ahí lo complejo, de ahí que la chusma académica no pueda entender como los trabajadores salieron a la calle.
Se dice que la CGT había, luego de tanto debate, logrado votar un paro para el 18 y 19 de octubre. La dirigencia como siempre andaba debatiendo cuando ya las bases tomaron la decisión, andaba especulando cuando el pueblo decidió salir rumbo a la plaza, la consigna era clara “libertad a Perón”. Me conto un historiador que había entrevistado un protagonista de ese momento, este protagonista le había dicho que hubo gente que cuzo nadando el Rio Achuelo, pues habían levanto el puente y los botes no alcanzaban. Lo demás es ya conocido, las fotos, los videos, las entrevistas al mismo Perón y el memorable discurso desde el balcón de la casa de gobierno cuando ese día ya casi terminaba, con el líder en libertad y la sensación de alegría recorriendo el cuerpo de cada uno de los trabajadores, que se multiplicaban por miles, regresando a sus hogares. Habrá habido algunos que llegaron y abrazaron a sus hijos, entregándoles en ese abrazo el legado de lo que ese se empezaba a gestar, otros seguramente destaparon botellas de vinos y hasta seguramente hubo quienes molestaron al carnicero del barrio a deshora para comprar un asadito y seguir el festejo.
El pueblo salió a exigirle la libertad de aquel que había logrado sintetizar una lucha que venía desde hace mucho tiempo, y el cauce de esa lucha no lograba desembocar en las aguas del triunfo de la justicia social, pero ese pueblo se organizo por fuera de la dirigencia, desde abajo desde las bases, convencido a través de acciones, que desde la secretaria de trabajo y previsión social alcanzaban a todos aquellos, que nunca fueron tenido en cuenta por un estado que exportaba lo que el trabajo colectivo producía. El pueblo trabajador no se conforma con poco, es que los que más tienen hacen mucho para que creamos que nuestra historia es la historia de ellos y que nosotros andamos guachos de héroes, guachos de líderes, guachos de tradiciones, que andamos guachos y sin conciencia política.
Claro que hoy a 71 años vemos como mítica esa acción, pero fueron hombres y mujeres concretas, con defectos y virtudes como lo somos nosotros, fueron trabajadores y trabajadoras que querían ser cada día un poquitito más feliz, fueron personas dignificadas en la producción fabril los protagonistas y las protagonistas de ese hecho político e histórico, por ello debatir solamente en un local partidario no alcanza, pues la realidad cambia constantemente y obliga al trabajo permanente en el territorio para construir organización y ganar en esta puja de clases derechos, derechos que nos quieren arrebatar los dueños de todo lo que se puede comprar.
Para ir terminando ¿será acaso que Perón imaginó tanta lealtad de un pueblo hacia él? No lo podemos saber, pero si estamos convencidos que a partir de ese 17 de octubre, hace 71 años, la oligarquía recibió el golpe más duro jamás imaginado, por ello pregunto ¿a los trabajadores consciente de su clase le quedara otra opción o solo se deberá ser peronista? Hasta ahora no hemos visto otro movimiento en nuestra historia, como pueblo, que exprese nuestros sueños como lo hizo el movimiento peronista.