Día memorable para los lecheros. Las Madres de Plaza de Mayo visitaron la Seccional General Rodríguez de Atilra e inauguraron, por primera vez en una organización sindical, un pañuelo blanco. Durante la jornada, que fue organizada por la Juventud para reivindicar los 40 años de lucha y los ideaes de los trabajadores desaparecidos durante la dictadura, Hebe de Bonafini expresó: “Ojalá algún día podamos sacar de la CGT a esos gordos infames y que un trabajador que tenga callos en las manos pueda gobernar la Argentina”.
Poco antes de las 17 horas del martes 19 de septiembre el frente de la seccional General Rodríguez de Atilra se encontraba lleno de trabajadores lecheros y de los gremios integrantes de la Corriente Federal de Trabajadores de la CGT, de agrupaciones políticas y sociales. Tras las ventanillas de una camioneta que se acrcaba a la entrada asomaban los rostros sonrientes del un grupo de Madres, reconocidas mundialmente por su lucha inclaudicable por los derechos humanos. Descendieron del vehículo, abrazadas cada una por un trabajador, Hebe de Bonafini, Elsa de Manzotti, Visitación de Loyola, Celia de Prósperi, Rosa de Camarotti, Claudia de San Martín y Mercedes de Meroño.
“Madres de la Plaza, el Pueblo las abraza”, cantaron con cariño todos los presentes dando la bienvenida. Las madres, que nos han parido a todos, visitaron la seccional conducida por Heber Ríos para inaugurar un gran pañuelo blanco realizado en venecita por el grupo “Nacional Mosaico Veneciano”, instalado justo sbre la puerta de ingreso a la casa de los trabajadores lecheros, el primer pañuelo blanco colocado en un sindicato. Un lujo, un reconocimiento y un compromiso de lealtad inclaudicable con la lucha revolucionaria de los 30 mil y de las madres, las pasadas, la presente y las futuras.
El secretario General de la seccional Rodríguez se sentó a la derecha de Bonafini, a la izquierda se encontraba Pablo Dacovich, referente de la Juventud de Atilra. Sobre sus cabezas un lienzo cubría el pañuelo.
El encargado de dirigir el acto y presentar a los oradores fue Esteban Cerruti, trabajador de Mastellone Hnos. e integrante de la Juventud. El primero en hacer uso de la palabra fue Heber Ríos, quien celebro la visita de las madres a la casa de los trabajadores lecheros, recordó a los 6 dirigentes sindicales detenidos desaparecidos de la seccional Córdoba, y manifestó su compromiso de lucha con los ideales que levantaron los 30 mil detenidos desaparecidos y con la batalla que aun encabezan las madres, auténticos faros del porvenir. Luego fue el turno de Dacovich, quien también agradeció a Hebe, a las madres, a la conducción de la seccional y a todos los integrantes de la Juventud por el trabajo militante que desarrollan incansablemente. (Ver los discursos completos). Ninguno pudo ni quiso ocultar en sus palabras la emoción que le producía estar frente a quienes por mas de 40 años lucharon por una sociedad mas justa.
Luego llego el momento tan esperado, y tirando de los hilos que colgaban del lienzo, descubrieron el pañuelo blanco ubicado en la base del balcón del frente de la seccional. Los aplausos y la emoción de los presentes se palpaban en el aire, un evento así no se da todos los días en General Rodríguez.
Otro momento esperado fueron las palabras de Hebe de Bonafini, que no se privó de hablar de nada. Se emocionó por los 40 años que cumplen las madres en varios sentidos: 40 años de lucha, de primeras reuniones, de creación del símbolo del pañuelo, de la marcha de las madres en Plaza de Mayo y de su participación en la caminata a Lujan para reclamar por la aparición de sus hijos. Planteo la vigencia de la lucha revolucionaria y la necesidad de crear una sociedad justa y manifestó la necesidad de militar y acompañar a Cristina Fernandez de Kirchner, involucrándose en la militancia (ver discurso completo).
Luego de varios minutos de discurso, de despertar sonrisas, llanto emotivo, carcajadas por las formas directas de expresarse, y ternura, la juventud le hizo entrega de algunos presentes, entre los que estaba un retrato de lujo realizado por el artista rodriguense Federico Bonavita.
Sobre el final todos aplaudieron a Hebe y se acercaron a saludar a la dirigente de la Asociación, que, amablemente y con mucha paciencia, se sacó fotos con todos los que asistieron al encuentro.
Con el paso lento, pero más firme que nunca, las madres subieron nuevamente a la camioneta que las llevaría de regreso a sus hogares. Abrazadas, saludadas y admiradas, nuestras madres se fueron de la seccional, que a partir de este martes ya no volverá a ser la misma. En su puerta sobrevuela un símbolo, una posta que marcó para siempre el destino del gremio y de los trabajadores.
Presentación de Esteban Cerruti
Hoy, para todos nosotros, es un día de reivindicación donde se respira lucha, la lucha incansable de nuestras madres, las Madres de Plaza de Mayo. Están presentes también los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos. Están Pedro Antonio Juárez, Pablo Daniel Ortman, Claudio Humberto Nardini, Rául Antonio Cassol, Oscar José Dominici y Juan Carlos Galván, delegados de la Planta Sancor Córdoba víctimas del Terrorismo de estado. Aquí están presentes.
Para los trabajadores de la industria lechera es un deber y un honor, reivindicar la lucha de esos compañeros contra la miseria planificada, pero también la de quienes aún hoy lo siguen haciendo, las madres compañeros, ejemplo de esa lucha, una lucha revolucionara. Hoy, ante semejantes ejemplos, como no vamos a denunciar los trabajadores organizados, la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
Que desapareció luchando ante el atropello de un gobierno oligárquico que con sus políticas de ajuste intenta establecer nuevamente un plan económico que solo tiene por objetivo enriquecer a una minoría y hambrear al pueblo argentino. Por eso hoy compañeros, porque la historia lo demanda, tenemos que redoblar nuestros esfuerzos y seguir dando pelea como lo venimos haciendo. Lo esperanzador es que no estamos solos en esta batalla, tenemos al lado a miles de compañeros que también entienden que debemos organizarnos y encontrarnos tal como nos enseñaron Néstor y Cristina.
Ese es el camino compañeros, el que nos enseñó nuestro secretario general, el compañero Heber Ríos y quien nos guía nuestro referente de juventud, el compañero Pablo Dacovich y el que patearon por 40 años las madres de Plaza de Mayo.
Discurso del Secretario General de la Seccional Gral. Rodríguez
En nombre de Atilra y de todos los compañeros que componemos la seccional Gral. Rodríguez, en nombre de los que forman parte de las organizaciones sociales y políticas de nuestro querido pueblo, queremos darles la bienvenida a las Madres, a nuestro ejemplo de lucha. Recién le dije a Hebe que uno, en esta función sindical, generalmente está acostumbrado a hablar con una gran cantidad de compañeros, pero desde el momento que las vi bajar, de que se acercaron a la casa de todos los trabajadores lecheros, sentí mucha emoción y tuve dudas respecto a que decir, porque al estar frente a ustedes uno siente una presión enorme, pero una presión linda, de tratar de estar a la altura de las circunstancias, porque son nuestro ejemplo a seguir.
Muestra de lo que les estoy transmitiendo es el trabajo de la juventud de nuestra organización sindical, creada hace muy poco tiempo. Esta acá el referente, Pablo Dacovich, y una enorme cantidad de compañeros que se han sumado en el último tiempo y que cuando corría riesgo, la Universidad de Madres, El Revolucionario, estuvieron presentes, poniéndole el pecho y defendiendo, como lo vamos a seguir haciendo si este gobierno neoliberal pretende atacarlas o tocarlas.
Desde Atilra las abrazamos y nos comprometemos a intentar continuar de alguna manera la lucha que comenzaron sus hijos. Los mejores hombres y mujeres de esa época que desgraciadamente quedaron en el camino. nosotros trataremos de continuar y poder concretar los sueños que ellos tuvieron en esa época, es una responsabilidad enorme, pero una responsabilidad hermosa, que compartimos con militancia, con lucha en las calles. Nosotros vamos a estar para poner el pecho. Nos comprometernos a luchar por esos sueños.
Nuestra organización sindical en los próximos días va a atravesar una situación compleja porque este gobierno pretende arrebatarnos derechos, flexibilizarnos el Convenio Colectivo de Trabajo, arrebatarnos nuestros sueños, pero en honor a esos 6 compañeros desaparecidos, que son de seccional Córdoba, que pelearon por nustros derechos, vamos a demostrar ser dignos hombres y mujeres, con ovarios y pelotas para defender lo que nos corresponde.
No quiero dejar de reforzar nuestro pedido de memoria, justicia y verdad, de resaltar y exigirle a este gobierno la aparición con vida de Santiago Maldonado y la liberación definitiva de Santiago Maldonado.
Pablo Dacovich
Quiero agradecer la presencia de todos los que están hoy acá, a las organizaciones sociales, políticas, a los compañeros de la Juventud de la Corriente Federal. Para nosotros es un orgullo que las madres de Plaza de Mayo estén en la casa de los trabajadores inaugurando este pañuelo, este símbolo tan importante de lucha.
Si bien me toca hoy a mi estar en este panel de lujo, porque estoy con mi compañero y conductor Heber Ríos, y con Hebe de Bonafini y otras madres en frente mío, quiero destacar a la juventud de Atilra, compañeros con los cuales hace muy poco consolidamos la juventud, pero con lo que nos encontramos más fuertes que nunca, así que quiero pedirles un aplauso para estos compañeros.
Este regalo que le hacemos hoy a la seccional, es una iniciativa que nace de la juventud de Atilra, es un regalo a la seccional, a vos Heber, en defensa de esta lucha que venís llevando y que es la que nos ha contagiado, no solo a consolidar este espacio de juventud, sino que es la que reivindicamos todos los trabajadores lecheros en cada lugar.
Esto también es parte de la reivindicación de la lucha de esos jóvenes, de esos estudiantes, de esos trabajadores, de esos sindicalistas que dieron la vida por la patria.
También es la lucha que han llevado las madres en defensa de sus hijos, en llevar sus mismas banderas batallando en contra de todo, y la verdad que cuando pensamos en eso, encontramos la fuerza de seguir. El desafío que tenemos nosotros como juventud, y toda la sociedad, es seguir llevando adelante la lucha de las madres, que lleva 40 años batallando en contra de las medidas, de todos los gobiernos que han pasado y particularmente este gobierno que ha dejado en claro cuáles son sus intenciones, que es volver a retomar las mismas medidas económicas que se desarrollaron en los 70, estas medidas neoliberales que hoy impulsa Mauricio Macri. Esa es la responsabilidad que nos cabe a nosotros. Hebe lo decía bien clarito, ahora la lucha la tienen que llevar adelante ustedes.
Hebe de Bonafini
Nosotros somos la única organización que no aceptó la reparación económica, que no permitió que le pongan precio a la vida de los revolucionarios; la única en el mundo, no solamente acá. La única organización que reivindica a la revolución y a nuestros hijos como revolucionarios, que no aceptamos la muerte de nuestros hijos, porque los revolucionarios nunca mueren para su pueblo, que no aceptamos la exhumación de cadáveres, porque nuestros hijos nos son cadáveres, porque justamente están ustedes que nacieron levantando las banderas de nuestros hijos. Mientras haya alguien que levante la bandera de la revolución, de la libertad, del amor, de la justicia, nuestros hijos no van a morir. Por eso decimos que nuestros hijos viven en cada uno que lucha y pelea para tener la patria que todos nos merecemos.
La verdad que fue una idea genial de este compañero de hacer estos pañuelos tan hermosos, tan brillantes, tan blancos, tan lindos, y es la primera vez que lo ponen en un sindicato, así que doblemente orgullosas. Está en escuelas, en centros culturales, en universidades, en calles, pero es la primera vez que está en un sindicato, así que estamos más que orgullosas. Porque el 54 por ciento de los desaparecidos son trabajadores, y nosotros cuando socializamos la maternidad nos hicimos madres de todos. Nosotros no damos los nombres de nuestros hijos, ni están los nombres en los pañuelos, ni en las paredes, porque por todos los 30 mil desaparecidos lucharon por esta patria, hoy seguimos peleando nosotros y no hay diferencias, nos ha tocado ser la madre de todos los 30 mil que no es poca cosa, reivindicar a todas las organizaciones revolucionarias de lucha armada, de la lucha como sea, porque no es peligroso ni mala palabra ni es terrorismo. La revolución se hace por amor, se hace por los otros y para los otros, y nadie que ame a los otros y de su vida por la revolución puede ser terrorista. También hay que hablar de eso.
En todos estos días el corazón me late más fuerte, porque venimos cumpliendo 40 años de muchas cosas. Cuando entrábamos a Gral. Rodríguez me acorde que el 9 de octubre de 1977 vinimos a la marcha a pie a Luján. No todas pudimos caminar lo que había que caminar desde Bs.As. Algunas madres que eran más viejas en esa época, nos esperaban en Gral. Rodríguez, lugar desconocidísimo para nosotras. Era como decirnos la China. Haciendo un mapita en una casa, medias escondidas, para ver cómo íbamos a hacer y cómo nos íbamos a encontrar, a conocer. A pesar de que habían pasado muchos meses de que estábamos juntas no sabiamos los apellidos y casi ningún teléfono, era muy poca la red de teléfonos que tenían, porque nos seguían y nos perseguían. Ese día en la casa de una compañera que tenía un departamento en Once, que se llamaba Eva, empezamos a ver como hacíamos para venir. No todas las madres quisieron venir. Había madres que estaban muy en contra de la iglesia, para que vamos a ir con esos curas de mierda, decian. Nosotras no vamos a ir por los curas vamos a gritar por los desaparecidos, y ahí empezamos a discutir cómo nos íbamos a encontrar. Unas se iban a ver en un lado y otras en otro, y al final llegamos a que sea un pañuelo blanco que nos identifique para encontrarnos. Una madre dio la idea de ponernos un pañal de nuestros hijos que todas tenemos guardado, que antes eran de gasa, y así fue como nos fuimos encontrando en el camino, también aquí en Gral. Rodríguez. Los desaparecidos no existían para la iglesia. Ya para esa altura se había hecho una lista de 15 mil, a casi un año y medio del inicio de la dictadura. Así que empezamos a gritar que había que rezar un rosario por los desaparecidos. Con no muchas ganas, la gente rezó, y no dimos los nombres de nuestros hijos, ya pedíamos por todos. Para mi pasar hoy y estar acá también es un recuerdo muy fuerte. Vamos a venir el 7 de octubre a Lujan y vamos a entrar a la catedral y vamos a hacer un concierto coral, dos personas van a orar, vamos a ver si ponen un escenario afuera.
Este pañuelo ha hecho que se nos reconozca en el mundo, es un símbolo muy grande. Aunque algunos no quieran es un símbolo nacional. Porque cada mujer que ama el pañuelo, que se lo pone en la cabeza y que lo defiende y lo quiere, lo hace símbolo nacional. El pañuelo cuando está en un lugar es que pasamos la posta, ahora le dejamos a ustedes la posta de este pañuelo, que es el pañuelo del amor, que es el abrazo de los hijos, nos da fuerza cuando lo apretamos, el nudo abajo es como que nuestros hijos nos abrazan. No es solamente que es lindo y lo van a ver cuando pasan. Cada día que pasan tienen que decirle presente a los 30 mil desaparecidos.
La historia de las madres es muy rica y también tiene un grado de locura. ¿Por qué fuimos a la plaza las madres? Porque nos queríamos hacer visibles. Porque todas las organizaciones que ya funcionaban, como la APDH, que era de todos los políticos, esencialmente de los radicales, La Liga Argentina por los Derechos del Hombre que era de los comunistas, era la más vieja, también estaba Familiares, que tenía gente del peronismo, del comunismo y del PO, todos en escritorio y estaba el Movimiento Ecuménico que era de los curas, todos en escritorios. No se hablaba. Por eso dijimos que nos teníamos que hacer visibles y ese fue el grito de Azucena Villaflor, vamos a la Plaza de Mayo que es el único lugar donde nos podemos hacer visible. Ese hacernos visibles nos costó mucho, costó la vida de las compañeras, esas vidas de las que se habla poco. Fue tan difícil explicarle a la gente, que la Marina Argentina, tan vestida de blanco, tan prestigiosa, había secuestrado, torturado, violado y tirado vivas a 3 madres de plaza de mayo al rio; con 2 monjas francesas, pero se instaló la muerte de las 2 monjas, vinieron los embajadores de Francia, la que dirigía a las monjas, pero de las madres nadie hablaba, y aun no se habla, después de tanto tiempo. Nosotros seguimos reivindicando a nuestras compañeras vivas, están entre nosotras, ayudándonos a seguir esta batalla.
Es muy difícil salir a luchar como salimos nosotras, con una lucha de clases de entrada, porque de entrada las madres tuvimos mucha lucha de clases. Hay que hablar compañero de la lucha de clases. Yo creo que perdimos la elección anterior porque no fuimos capaces de hablar de la lucha de clases con los compañeros. La lucha de clases existe en todos los lugares, también la tendrán ustedes acá adentro. Hay que combatirla, porque no piensan ni parecido a nosotros, y ya empezamos con esa dificultad. Las que decíamos esos hijos de re mil puta y las que decían que había que ser una señoras educadas, las que queríamos gritar y las que querían hacer solo documentos, las que no creíamos en los jueces y las que querían hacer todo por la justicia y por abogado, que es un tiempo perdido tremendo.
Fue una lucha muy grande y muy difícil compañeros. Había compañeras que decían vos no hables porque no sos didáctica, no estas preparada, como se habrán dado cuenta no les hice caso. También criticaban como nos vestíamos, diciendo que con chancletas a la embajada no se podía ir; yo no voy a la embajada a hacer un lujo, voy a pelearle al embajador en todo caso. Nunca querían lavar los platos, las de las clases altas comían, hacían de todo, pero los platos no. Entonces un día las encerré en la cocina y les dije que hasta que no lavaran los platos no salían. También nos criticaban por andar en política, a ustedes también les pasa lo mismo, los sindicatos tienen que ser como una ameba, no piensan nada. Hacemos política, y porque somos políticos queremos sacarle de la boca este bocado de la CGT a los gordos que lo siguen dominando. Nosotros queremos Paro general y los otros quieren apoltronarse en los sillones. Ellos ya tienen todo arreglado con Macri. Hay que ser buenos prolijos, nos puede decir boludos, la concha de tu madre, no se puede, está prohibido, ellos nos pueden reventar, hacer desaparecer y eso está bien.
Para nosotros un gobierno de trabajadores seria el sueño del pibe, porque no es que los trabajadores no pueden gobernar un país, sí que lo gobiernan, sino miren a Lula, hizo milagros en Brasil. Por ahora esta Cristina, pero cuantas veces se va a presentar. Cristina es impresionante, lo que dice y hace, pero con Cristina sola no se puede. Tenemos solo a Cristina, yo no veo mucho más. El que la acompaña (Jorge Taiana) es un gran tipo, ha sido un revolucionario, pero todavía no está en el juego. Para que te conozcan tenes que estar en el juego, estar donde llueve, donde se inunda, donde no comen, en una fábrica que hay quilombo. Hay que ensuciarse, llenarse de barro. Estamos todos esperando a ver qué pasa con Cristina. No, a ver qué pasa con nosotros, que somos capaces de hacer nosotros, en cada lugar, en cada barrio. Tenemos que ofrecer lo que sí podemos dar y tenemos que dar lo mejor que tenemos nosotros.
Yo no creo en el timbreo. A mí no me va a engrupir uno que venga a tocarme el timbre a mi casa, entonces me parece que hay que hacer otras cosas y eso es la gran solidaridad que hace falta. Hemos perdido en la política dos cosas principales: la lealtad y la solidaridad. Porque nos llenamos de traidores, y la solidaridad que es lo más importante, con lo que se movían nuestros hijos. El otro soy yo tiene que ser real, verdadero. Tenemos que dar lo mejor, y lo mejor y lo único que tenemos es la vida, la vida entera, sino para que la queremos. Y hacer política tiene que ser parte de la vida.
A veces compramos mucho más de lo que necesitamos, no somos capaces de comprar mucho menos. Si tengo plata no la voy a guardar, la voy a compartir, porque hace falta de todo compañeros en los barrios. Hay que ser solidarios sin que el otro sienta que uno le da. Hay que compartir lo poco que uno tiene, hay que soñar con que la igualdad sea una realidad. Para hablarle de igualdad a un pibe lo que nos iguala es el juego, no es el comedor ni algo escolar. Porque no hay igualdad ahí, siempre hay uno que sabe más que vos. Para hablar de igualdad a un pibe hay que compartir un alfajor, jugar a la pelota, todos los juegos los igualan, para dar un abrazo, para compartir. La gente quiere ayudar, hay algunos empresarios que también tienen ganas de dar y hay que compartirlo. La comida, que no sea para armar una bolsita y regalarla. Hay que emplear nuevas formas, y hay. Por ejemplo la cobran muy poquito.
Estar en estos lugares nos pone muy felices y nos rejuvenece. Pensamos en cuantos de nuestros hijos querían otro sindicalismo y que ahora lo estamos encontrando en ustedes, que se están jugando para demostrar que hay otras formas de hacer sindicalismo. Porque el 54 por ciento de los desaparecidos eran trabajadores que querian transformar este sindicalismo barroco y ladrón. Así que ojala algún día podamos sacar de la CGT a esos gordos infames y que algún trabajador que tenga callos en las manos pueda gobernar la Argentina. Viva la patria, viva cristina, viva la vida.