Anarcocapitalismo y confusión
Javier Milei llegó a las elecciones prometiendo eliminar el mayor número de impuestos posibles por considerarlos un acto abusivo por parte del estado y una confiscación sobre la propiedad de los individuos. Obviamente los impuestos no funcionan así, pero Milei ha demostrado ser impermeable a los argumentos y a los últimos quinientos años de literatura especializada en temas impositivos. Pero no importa. Asumamos como absolutamente cierto y evidente que los impuestos son malos y un robo.
Una vez en el poder con estas fervorosas promesas el presidente le quitó un número considerable de impuestos a las principales industrias concentradas, empresarios amigos, empresarios extranjeros pero que él aspira a que sean sus amigos, patrimonios millonarios, bancos y prestadoras de servicios con contratos en el estado. Esto según su teoría económica hará que las empresas inviertan más y generen trabajo, lo que hasta ahora no se ha verificado.
Aquí empiezan los problemas. Según Milei ¿Todos los impuestos son malos y confiscatorios? ¿Existen impuestos que deben cobrarse y hasta aumentarse? ¿O acaso los impuestos solo son malos si los cobra a los más ricos?
Curioso dilema enfrenta el presidente anarcocapitalista ya que necesita financiarse, pero como no puede subir impuestos a los empresarios (la verdadera casta), ni endeudarse, ni desarrollar empresas estatales (herramienta que no existe en su teoría), debe recaudar sobre las clases trabajadoras.
Por esta razón, una nueva ley de paquete fiscal que espera aprobar esta semana en el Congreso, restituye el impuesto a las ganancias deshaciendo lo decretado por Massa que había eliminado el año pasado la cuarta categoría. De esta forma, todo trabajador soltero que perciba más de 1.800.000 de pesos en calidad de sueldo vuelve a pagar ganancias.
El monto se decidió de manera totalmente arbitraria de acuerdo un Índice de Precios del Consumidor para nada confiable, y que si finalmente se aprueba obligaría a por lo menos un millón de trabajadores van a volver a pagar este impuesto violento y confiscatorio.
¿Cuál fue la justificación del gobierno que hizo campaña con la quita de impuestos? Ninguna.
Por supuesto, los miembros del poder judicial que no pagaban ganancias seguirán sin hacerlo, lo que en los hechos implica que los únicos sectores que recibieron aumento en vez de quita de impuestos fueron los trabajadores.
¿Fracasó el presidente en cumplir sus promesas de campaña o solo mintió descaradamente? Un poco de ambas. Lo que es seguro es que en lo que va de gobierno quitó los beneficios de quita del IVA, aspira a restituir ganancias y aumentado el valor de todos los trámites y sellos que el estado cobra. Al final la quita de impuestos existe, pero es requisito fundamental ser un argentino de bien.
Sin embargo, todavía esto tiene que ser aprobado en el Congreso y, aunque los miembros del gabinete aseguran que tienen los votos para aprobar la vuelta de ganancias, el gobierno requiere de acuerdos con gobernadores. Y si algo que el gobierno hace mal de manera impresionante son los acuerdos políticos.
En un gobierno regular ya se daría por hecho la vuelta de ganancias. Pero es el gobierno de Javier Milei. Cualquier desenlace es posible.