Se ha dicho que la guerra es la continuidad del fracaso de la política. ¿Cómo debería interpretarse lo que acontece entonces hoy en nuestro país? ¿Será el fracaso de la democracia que habilitará a que actúe la guerra? Esta vez, contrario a esta interpretación, amerita determinar el porqué de este fenómeno.
Macri y su apoliticidad manifiesta, ha ocupado el espacio de la guerra. Muy curioso. Se sirvió de la democracia para aniquilarla, o ponerla a su antojo. Exponiéndola a categoría de dictadura. Lo que induce pensar de modo inverso. Esta vez es la guerra la que surge para recuperar la política; la Democracia en su encarnadura con el pueblo quien es el que le da sustento, su razón de ser.
Hoy la herramienta sustancial de la Democracia, que es el ejercicio político, se encuentra como David frente a Goliat. La correlación de fuerza es más que desproporcionada. Los medios hegemónicos empeñados en tergiversar la verdad, las enormes corporaciones económicas y un Poder Judicial que juega aviesamente contrario a la función para lo cual fue asignado por nuestra Constitución Nacional, sumado a esto, el silencio del Ejército y la Iglesia Católica, más la fuerza represora que no escatima violencia a la hora de la manifestación popular callejera, cuando sale a pelear por sus derechos pisoteados.
Esta correlación de fuerza tan abismal, tan despareja, incitó al arco opositor fortalecerse. Macri, tal vez hoy no acapare la intención de votos de sus inicios, pero es notable el crecimiento de María Eugenia Vidal, de Elisa Carrió, y sectores del electorado que hoy han recuperado la felicidad de verse más alejado de aquel laburante que le invadía de olor a chivo, su bondiolita que mortificado, solía comer en tiempos de Cristina… éstos están vivitos y coleando y hacen que sus cantos de sirenas sean oídos por los que aún posan dos pasitos por detrás de ellos.
Como en la guerra, lo que interesa es quién posee más fuerza, de eso se trata. Nos puede sorprender observar soldados con distintos uniformes, hasta con distintas armas para salir al combate, pero eso dejará de sorprendernos cuando saquemos la cuenta del ejercicio de saqueo que Macri desplegará por 4 años más, a lo ya saqueado, que no es poco y lo que siga luego, si gana en el 2019.
La fuerza de la unidad es hoy más requerida que nunca. Como diría alguien que sabía de construcción de poder, “con la bosta y el barro se construye un ladrillo y…” palabras más, palabras menos, podremos discutir años esta concepción, pero la pronunció alguien que ganó tres elecciones, y gobernó siempre a favor del pueblo. Hoy es eso, lo concerniente a cómo le irá al pueblo, después discutimos todo lo que se nos ocurra. La guerra se viene, estemos preparados.