A mediados del año pasado, una de las grandes promesas del fútbol local partía a Europa con el fin de hacerse un lugar en el viejo continente. Y vaya si lo logró. En la temporada 2019/2020, su equipo, C. F. Reddis, consiguió el tan preciado ascenso de categoría.
Joaquín Rodríguez, formado (y criado) en la “escuelita” de fútbol Parque Irigoyen, con un breve paso por la “Primera D” (Real Pilar y Atlas), fue a España, buscando fichar por algún club del ascenso de aquel país. Recaló en Cataluña, donde estuvo cerca de jugar en CE Júpiter, pero, por problemas de índole administrativa, finalmente no pudo hacerlo. Sin embargo, el nivel que demostró en su estadía allí, hizo que C. F. Reddis (equipo de la ciudad de Reus, provincia de Tarragona, Cataluña) se hiciera de sus servicios.
Se sumó al club en la quinta fecha, mientras el conjunto marchaba cuarto. El proyecto de la institución estaba marcado por la idea de contar en su plantilla con gran cantidad de jugadores sudamericanos. A su vez, el objetivo de la escuadra era pelear bien arriba, y con ello, subir de categoría, en una división del ascenso catalán que es sumamente competitiva. El grupo de Reddis se componía de 18 equipos, de los cuales el primero ascendía de forma directa y el segundo, si era uno de los tres mejores subcampeones (de las cuatro zonas existentes), también subiría.
España no estuvo ajena al problema sanitario, de carácter mundial, que generó el COVID-19. Por tanto, como en el resto del planeta, el día a día de la sociedad se vio afectado. Así, el país entró en cuarentena el día 14 de marzo y, consecuentemente, el fútbol frenó su actividad. Como había que darle una resolución a la cuestión, hace unos días, las autoridades de la liga decidieron dar por terminado el torneo. Al momento de parar, con 24 fechas disputadas, Reddis marchaba como uno de los mejores segundos, a seis puntos tanto del primero como del tercero. Por ende, cerrando una campaña excepcional, el conjunto de Reus consiguió su plaza a la siguiente división, cumpliendo con el objetivo que se había planteado al momento de arrancar el certamen.
A nivel individual, Joaquín tuvo números impresionantes para un guardameta: jugó 18 partidos, de los cuales en once no le marcaron goles, manteniendo la valla en cero durante 520 minutos, cerrando la temporada con el promedio de un gol recibido cada 125 minutos.
Respecto a su futuro, hay clubes que mostraron interés en contar con él para la próxima temporada, sin embargo, el rodriguense no despega los pies de la tierra, y afirma: “si existe la posibilidad de seguir creciendo a nivel profesional, obviamente que sería un lindo desafío y se verá… Igual no me vuelvo loco con esas cosas. Hoy defiendo la camiseta de Reddis, estoy muy a gusto y también muy agradecido. Amo lo que hago y lo práctico con el corazón. Siempre voy a dejar la vida por los colores que me toque llevar”.