Sebastián Piccardo y una dura editorial sobre la clausura, por parte del municipio, de los medios de comunicación que dirige. Señala que un funcionario de la gestión Kubar le ofreció dinero que no aceptó; “seguramente no estaría pasando por esta situación persecutoria” de haberse sometido a sus “requisitorias” afirmó el periodista.
[dropcap style=’box’]E[/dropcap]l jueves 26 de enero el Semanario El Vecinal N°1181 pudo salir a las calles, a pesar de las claras intenciones que existieron de que esto no suceda. Con una tapa atípica, pero contundente, el titular refleja el hecho sufrido por orden de las autoridades municipales. CENSURA dice el título, y puede verse la imagen de Sebastián Piccardo, Director de la FM y el Semanario, con la boca amordazada.
En un duro editorial del semanario, Piccardo pone al descubierto, según sus dichos, un supuesto ofrecimiento monetario que le habría realizado “a mediados del año pasado” un funcionario “multigobierno”.
Continuando con el escrito, el conductor del programa “Buenas Migas”, que se transmitía por las mañanas en FM el Vecinal, radio clausurada por el municipio, agrega que si él hubiese aceptado ese dinero “hoy seguramente no estaría pasando por esta situación persecutoria, que se está realizando sobre mi persona y sobre nuestros medios en general”. Además remarca que tal vez el Gobierno de Darío Kubar esté “acostumbrado a la compra y venta de periodistas como si fueran chupetines”.
Ahondando más sobre el ofrecimiento monetario por parte del funcionario “multigobierno” Piccardo agregó que cuando se presentó a su oficina le “dijo que ponga cifras”, a lo que le contestó “¿Y cuánto sale mi silencio: diez, cien, mil, millones de pesos?”.
Después remarcó que “lo que hemos logrado hasta ahora, lo vamos a defender a muerte y sin negociación posible de nuestras convicciones”, señaló además que no le deben “absolutamente nada a los poderes políticos de turno como para que nos impongan someternos a sus voluntades”.
Para finalizar, Sebastián Piccardo, cerró su editorial afirmando contundentemente: “el día que deba declinar mi libertad, tranquilamente me iré a trabajar de otra cosa, porque ese momento marcará sin dudas, el final de mi carrera”.