Los formadores de precio han incrementado su ofensiva para no ceder parte de las enormes ganancias que han venido acumulando desde hace años y que se han incrementado en los últimos tiempos a raíz del conflicto armado entre Rusia y Ucrania, y una nueva reconfiguración del orden mundial.
Para hablar de la disputa contra estos sectores, el rol del movimiento obrero, la CGT y la Corriente Federal de Trabajadores, que el pasado 8 de julio llevó adelante un congreso nacional del que participaron organizaciones gremiales de todo el país, entrevistamos a Heber Rios, dirigente de Atilra, sindicato de trabajadores y trabajadoras de la industria láctea.
¿Qué análisis se hace desde la CFT sobre la situación de nuestro país?
“Coincidimos en que es necesario organizarnos para ponerle un freno a los sectores de poder concentrado responsables de los aumentos de precios que están llevando adelante y que afectan al conjunto de pueblo, a la mayoría de los argentinos y argentinas que cada vez la tienen más difícil para poder poner un plato de comida en su mesa. Pero eso solo va a ser posible cuando seamos capaces de llevar adelante un programa que nos permita ser verdaderamente independientes, y en esto el programa de 27 puntos de la Corriente Federal de Trabajadores es muy claro, sin independencia real, no hay Nación, ni Democracia, ni Justicia Social”.
¿Y en ese escenario, cuál es el rol que pueden ejercer los trabajadores?
“Por ejemplo, desde nuestro lugar en la producción, las trabajadoras y los trabajadores podemos jugar un rol importante como un organismo de contralor. Más que ningún otro sector sabemos bien cuál es el costo de elaboración de los productos. Por eso es que le sugerimos en reiteradas ocasiones al gobierno, a muchos funcionarios, sobre todo del área de comercio, que involucren al movimiento obrero en las negociaciones con el sector empresarial, pero hasta ahora no hemos sido escuchados. Si esperan que del diálogo continuo que tienen con los empresarios surja su espíritu humanitario está más que claro que no vamos a poder garantizar que se respete el derecho del pueblo a algo tan básico como lo es la alimentación. Los sindicatos somos una herramienta fundamental para frenar los aumentos de precios, para construir un país con más justicia social, es lo que debatimos en el último Congreso Nacional de la Corriente Federal de Trabajadores y quedó plasmado en el documento final de la jornada”.
Ciertos sectores señalan a los salarios y las paritarias cuando se hace referencia a la inflación, ¿cómo analizan esas posturas?
“Es el discurso que utilizan siempre los sectores concentrados de la economía para quedarse con toda la torta. Desde Atilra hace mucho que venimos estudiando el impacto que tiene el salario en la conformación de los precios finales de los productos lácteos, y sabemos con certeza que, del 100 por ciento del precio, solo un 4,6 se destina al pago de salarios. ¿Se entiende? Es un costo ínfimo, y esto se repite en infinidad de otros sectores de la producción. Es fija, siempre que a los empresarios no les dan los números para ganar lo que quieren, al único sector al que le escatiman un pago justo es a la clase trabajadora, que, además en este contexto, como en los cuatro años de macrismo, viene perdiendo una gran parte de su poder adquisitivo por el aumento desmedido de los alimentos y servicios básicos, indispensables, para tener una vida digna. Hay muchos factores que inciden en el proceso inflacionario, pero sin duda alguna el salario no es uno de ellos”.
¿Qué se plantea ante la movilización convocada por la CGT?
“Creemos que es sumamente necesario movilizar. Siempre estuvimos en la calle cuando el bienestar del pueblo en su conjunto se vio afectado por el avance de la derecha y sus políticas neoliberales. Lo hicimos cuando éramos pocos en la calle y muchos de los que hoy llaman a movilizarse estaban escondidos atrás de un escritorio, y lo vamos a seguir haciendo porque somos coherentes y bancamos lo que decimos con el cuerpo. Pero planteamos que tenemos que movilizar a donde podamos incomodar a los verdaderos núcleos de poder, no al Congreso, sino a donde están los que generan todo este desbarajuste en la vida de los argentinos y las argentinas, y erigen desde la oscuridad maniobras de todo tipo para desestabilizar al gobierno, al que también le pedimos un accionar más firme ante estos especuladores y políticas claras que signifiquen una redistribución más justa de las ganancias”.