Fidel Castro Ruz nació el 13 de agosto de 1926. En diciembre de 1956 inicio en la isla de Cuba con un grupo revolucionario una lucha guerrillera que consiguió llegar al poder de la isla el 1 de enero de 1959. Desde entonces se convirtió en el líder político más relevante en América latina, y su vida fue sinónimo de las luchas de los más humildes, por la justicia social del continente hasta su fallecimiento el 25 de noviembre del 2016.
[dropcap style=’box’]N[/dropcap]ació en Birán (oriente de Cuba). Es hijo del hacendado español Ángel Castro Argiz y de Lina Ruz González. Procedente de una familia de hacendados gallegos, Fidel estudió derecho en la Universidad de La Habana, por la que se doctoró en 1950. Militó en el Partido del Pueblo Cubano, llegando a ser candidato a diputado. Pero su ideología de izquierda le llevó a participar desde muy joven en actividades de índole mas revolucionarias; el fracaso al asalto al Cuartel de Moncada en Santiago de Cuba (1953), lo dejó dos años en la cárcel; amnistiado se fue al exilio en México.Nació en Birán (oriente de Cuba). Es hijo del hacendado español Ángel Castro Argiz y de Lina Ruz González. Procedente de una familia de hacendados gallegos, Fidel estudió derecho en la Universidad de La Habana, por la que se doctoró en 1950. Militó en el Partido del Pueblo Cubano, llegando a ser candidato a diputado. Pero su ideología de izquierda le llevó a participar desde muy joven en actividades de índole mas revolucionarias; el fracaso al asalto al Cuartel de Moncada en Santiago de Cuba (1953), lo dejó dos años en la cárcel; amnistiado se fue al exilio en México.
Tras el primer intento en su vida como revolucionario; Castro se anotó una victoria política, ya que aquel acto dio a sus protagonistas una gran popularidad que se vio acrecentada durante el juicio subsiguiente, en el que Castro se defendió a sí mismo y aprovechó para pronunciar un extenso alegato político, una frase que lo marcó de por vida; “La Historia me absolverá”.
De regreso en Cuba luego de su exilio en México, comenzó su actividad revolucionaria, junto a un pequeño grupo de jóvenes contra la férrea dictadura instaurada en 1952 del general Fulgencio Batista (1952-1958), que puso el país al servicio de su propio provecho y de los intereses norteamericanos.
Fidel Castro, esta vez apostó por crear una guerrilla rural en la zona más apartada y montañosa del país: “la Sierra Maestra”, en la provincia cubana de Oriente. Tres años de lucha desigual, frente a un ejército profesional y con todos los recursos a su disposición. Este puñado de muchachos barbudos y desaliñados, pero con la causa del pueblo sobre sus espaldas, encontraron la fortaleza para enfrentar todas las adversidades que surgieran durante la revolución.
El Movimiento “26 de Julio”, fue el nombre con el que se identificó al ejército revolucionario. Avanzó hacia La Habana como objetivo central, pero liberó y ocupó la totalidad del territorio cubano. El dictador Batista huyó el 1 de enero de 1959. Entregándole el triunfo así la revolución popular cuando días después Fidel junto a su ejército Revolucionario entraron en la capital de la isla.
En el discurso en la ONU en 1979, cuyo contenido y profundidad, no ha podido ser rebatido ni superado por otros líderes, incluso de su misma idea política, Fidel manifestó: ¡Basta ya de palabras! ¡Hacen falta hechos! ¡Basta ya de abstracciones, hacen falta acciones concretas! ¡Basta ya de hablar de un nuevo orden económico internacional especulativo que nadie entiende; hay que hablar de un orden real y objetivo que todos comprendan! Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se puedan resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden tampoco matar la justa rebeldía de los pueblos y en el holocausto morirán también los ricos, que son los que más tienen que perder en este mundo”.
La vida de Fidel castro puede dividirse en tres etapas centrales: su juventud, la de aquel revolucionario que supo enfrentar a un sistema, que no solo ponía en riesgo el futuro de su pueblo y el del resto del continente. Una segunda etapa: la del líder político indiscutido de su tiempo, cuya influencia se extendió más allá de la isla de Cuba llegando a lugares como África, Asia y todo el continente latino americano. Y por último, la tercera etapa: la del líder que fuera de los lugares de gobierno, y que hasta su fallecimiento, se convirtió en el pensador que alumbraba con sus opiniones y propuestas sobre los más diversos temas que hacen, ya no solo a la preocupación de su pueblo, sino que en sus escritos le hablo al continente y el mundo entero.
Cualquiera fuera el Fidel que tomemos sigue siendo un modelo valido para ser tenido en cuanta frente a los tiempos que corren. Sus innumerables opiniones y propuestas así como su ejemplo de entrega y compromiso hasta el último día de su vida, son una herramienta útil para ser analizadas según la circunstancia que nos convoque. Frente a un nuevo ciclo del imperialismo y del neoliberalismo que hoy aplasta a nuestros pueblos.