Los números oficiales
El oficialismo se impuso en General Rodríguez con el 43% de los votos, sacando diez puntos de ventaja sobre los candidatos de Juntos por el Cambio que suman entre los dos un 33% aproximadamente. La gran sorpresa de la jornada sin duda fue “La Libertad Avanza”, el partido de ultraderecha que consiguió el 17% de los votos del distrito y se consolida como tercera fuerza de cara a las elecciones generales. Muy por detrás, la última fuerza en alcanzar el piso de las PASO fue el Frente de Izquierda con Cristian Duarte en cabeza de lista, en lo que fue un desempeño muy bajo del FIT en todos los niveles.
Algunas apreciaciones
A nivel nacional una de las interpretaciones más claras que se hace de las PASO, es que el electorado castigó severamente tanto la gestión de Macri y su sello político como la imposibilidad del gobierno de Alberto Fernández de revertir la verdadera pesada herencia que le dejaron los amarillos. Todo este descontento supo ser canalizado por la ultraderecha con Milei a la cabeza que estimuló discursos de odio y antiderechos, pero sobre todo una bronca antisistema. Cuánto de rechazo a la política tradicional y cuánto de real aceptación de las ideas de Milei hay en el 30% que alcanzó no podemos saberlo aún. En principio, se da el escenario anticipado por Cristina Kirchner: una elección de tercios donde la diferencia entre las fuerzas que compiten es pequeña y todos son competitivos. Resta por ver si el 30% de Milei es su techo o un piso, y si Massa puede quitar votos a la derecha respondiendo a las demandas de los sectores más golpeados por la situación económica, entre ellos el de los trabajadores. Panorama complicado ya que al ser ministro de economía y con Alberto Fernández corrido de la escena pública, queda más expuesto a los intentos por desestabilizarlo. Por el otro lado está Bullrich, también sin saberse si lo que amasó su fuerza política es un techo o un piso ya que, se suele decir, que el 10% que votó a Larreta tiene un perfil más moderado y no se inclinaría por una opción de ultraderecha. Certezas no hay al respecto, pero es de esperar gestos de Massa hacia ese electorado potencial. Lo que sí es seguro es que todos van a intentar llamar a votar a los ausentes en las PASO, casi un 30% del padrón, para inclinar la elección y forzar a un oponente al ballotage. Una victoria en primera vuelta de cualquiera de las fuerzas es impensable. Pero en Argentina lo impensable es noticia.
Ahora bien, las PASO en General Rodríguez pueden servir para hacer algunas apreciaciones de lo que pueda pasar en las elecciones generales. En primer lugar, el absentismo condiciona seriamente la lectura de los números finales. ¿Cuántos de los ausentes votan por opciones de derecha? ¿Cuántos no fueron a votar desencantados por el rendimiento de todas las fuerzas políticas? ¿Cuántos de los ausentes irán a votar en dos meses? Y si van ¿Qué tan permeables son a los discursos de la derecha y la ultraderecha? ¿Están ausentes por castigo o desprecio a la política, o es simplemente apatía? Los números de estas PASO ¿Los llevarán a votar? Los candidatos que puedan atraer ese voto ausente tendrán la llave de un hipotético ballotage.
En segundo lugar, la gestión de Mauro García fue premiada con esta elección donde sacó más de 40 puntos. Incluso si su actual 43% es su techo, es difícil que Darío Kubar, quien ganó su interna, pueda recuperar los 10 puntos que le faltan para alcanzar al oficialismo. Todo esto si los votos de Polverini se trasladan íntegros a él: siendo su candidata Patricia Bullrich, también pueden ir a la ultraderecha. Kubar fue con Larreta, el gran derrotado a nivel nacional, por lo que su caudal real de votos en las generales es difícil de predecir.
De esto podemos concluir varias cosas: en principio, que, aunque al oficialismo le fue mal con Massa a nivel nacional, la población valora la buena gestión de García a nivel local y en general no apoya partidos de extrema derecha. Por otro lado, muchos votos de Mauro García estuvieron acompañados con boletas que no eran de su partido, de lo que podemos concluir que, o bien se valora su gestión más allá del voto nacional y provincial, o bien sus votantes no están comprometidos con el discurso de ultraderecha y cortaron boleta poniendo a García, aunque lo acompañaran con Milei.
El fenómeno parece raro a simple vista, pero no lo es tanto. Si es cierto que el voto a Milei expresa un hartazgo contra el sistema. Que esté acompañado de boletas de Mauro García implicaría que ese rechazo a la política tradicional no se traduce en una aceptación de los discursos de odio como propios.
Milei sacó 17 puntos en General Rodríguez, su candidato no es muy conocido, lo que hace concluir que fue traccionado por la figura de su presidenciable. Si hubiera tal aceptación de las ideas de la ultraderecha, el oficialismo local nunca habría alcanzado 43 puntos.
En síntesis: es posible una victoria del oficialismo a nivel nacional si mejora su desempeño, y no queda claro que la gente que votó a La Libertad Avanza comulgue con sus discursos anti derechos. Lo que es seguro es que si Milei gana las nacionales va a arrasar derechos básicos, lo quiera o no su base electoral, tal y como lo hizo Macri, aunque quizás con más violencia e ideas más pobres (si, todavía más pobres que Macri).
Si proyectamos los resultados de General Rodríguez a las nacionales, podemos esperar un crecimiento del oficialismo. Por otro lado, Mauro García puede ampliar su margen, pero incluso si lo achica, sigue siendo el principal favorito a ganar la general. Tanto por el desorden en la oposición, como por la ventaja que lleva.
¿Por qué perdió Kubar?
En principio por su gestión, fresca en la memoria de la población, por la cantidad impresionante de familiares colocados a dedo, por haber sido parte de la gestión de Macri (gran ancla política para cualquiera que vista de amarillo) y por el deterioro de los servicios durante su gobierno. Por otro lado, Kubar fue el candidato que más gastó en publicidad en la historia de la política, Rodríguez Larreta, y que perdió estrepitosamente su PASO a nivel nacional con Patricia Bullrich. Hay que mencionar también que Larreta tuvo varios de los spots políticos más ¿cómo decirlo? subestimadores de la inteligencia de su electorado de los que se tenga memoria: música esperanzadora, palabras como futuro y esperanza, con el represor del pueblo jujeño al lado. Poco serio.
La campaña de Kubar se dio sobre todo por redes sociales, haciendo obras de caridad y ayuda a personas en los barrios, pero sin un discurso que le diera identidad propia más allá del antiperonismo (aunque él fue peronista) ya que no podía diferenciarse de sus candidatos nacionales. En el proceso quedó solamente como una oposición a Mauro García, pero sin un discurso que pudiera desprestigiar la gestión del oficialismo.
Ahora está a 10 puntos de distancia, si y sólo sí consigue que los votos de Polverini pasen enteros hacia él. Los que votaron el discurso de Bullrich ¿son más propensos a votar a Kubar o a fugarse hacia Milei? Quien escribe no tiene las respuestas, pero especula que Kubar deberá fidelizar voto al mismo tiempo que tendrá que salir a quitarle a libertarios si quiere ser competitivo.
Restan dos meses de campaña, una elección completamente distinta está en el horizonte.
Mauro García llega con una gestión que lo respalda, sin escándalos, y sin veinte familiares colados en la administración pública. Ha tenido mejores números que Massa y Kicillof, pero en las generales otro clima social y política espera. El tiempo dirá.