Las energías renovables tales como la eólica y la solar pueden operar donde la oferta de energía es abundante y su costo es relativamente bajo.
[dropcap style=’box’]h[/dropcap]oy la energía eléctrica tiene costos altísimos, sabiendo la implicancia político-económica de esta actividad, allí es donde debe diseñarse un esquema energético eficiente, que permita reducir el costo de la energía. El consumo de la energía en el país se distribuye entre la generación eléctrica propiamente dicha, el consumo industrial y residencial, y los combustibles para movilidad. El alimentar autos eléctricos con las baterías cargadas con fuentes de energía renovable son claros ejemplos de una tendencia internacional que será paulatinamente promovida en Argentina. En términos residenciales, hay también una tendencia a diseños arquitectónicos sustentables, aprovechando ventanas, disposiciones, alturas, materiales constitutivos y otras variables para ser más eficientes energéticamente. Los cortes de energía que sufren distintas partes del país, y sobre todo la Ciudad de Buenos Aires, no refieren a problemas de generación sino a transporte y distribución que realizan las prestatarias de servicio por la falta de inversión en las líneas eléctricas y en las subestaciones transformadoras.
Las energías renovables tales como la eólica y la solar pueden operar donde la oferta de energía es abundante y costo relativamente bajo. La oferta de energía renovable, mediante parques de energía eólica y solar, es insuficiente y parcial, dado que replica el esquema de venta concentrada. Esto es mientras no dispongamos de redes digitales que permitan tomar y entregar energía a la línea en forma fluida la efectividad de la implementación de estas energías será ineficiente. Es lo que denominamos generación distribuida donde el particular es consumidor y productor simultáneamente.