Con este tipo de sistemas podemos desarrollar proyectos de grandes luces y resistir grandes cargas.
Cuando hablamos de un emparrillado de vigas estamos hablando de un sistema muy parecido visualmente a un casetonado, pero actúa estructuralmente muy diferente, ya que un casetonado se trata de una losa alivianada la cual se calcula como si lo fuera. En cambio el emparrillado de viga se trata de entrecruces de vigas las cuales reciben el apoyo de las losas que se forman entre ellas de manera independiente. Con este tipo de sistemas podemos desarrollar proyectos de grandes luces y resistir grandes cargas, como por ejemplo estacionamientos subterráneos, los cuales podemos realizar bajo las plazas de los centros urbanos sin quitar el espacio verde que contienen. De esta manera se puede construir sin dañar el medio ambiente y el impacto ambiental no es tan desfavorable.
El rango de utilización de los emparrillados va desde los 10 a 35 mts en hormigón armado y pueden estar conformados por distinto tipos de enmallado. Si bien los emparrillados tienen buena capacidad resistente a la flexión, prácticamente pierden casi totalmente su capacidad a la torsión como consecuencia de no constituir una losa llena sino pasa a ser un entramado con nervios sólo unidos mediante una pequeña losa de tapa.
A la distribución de los nervios en planta se la suele designar como malla o trama y su elección dependerá de la forma de la planta, de su contorno o características especiales constructivas. En general se trata de orientar las direcciones de los nervios según el efecto arquitectónico que se quiera lograr pero también a razones de eficiencia estructural.
Para entender el funcionamiento de un emparrillado es conveniente analizar el funcionamiento de una losa y de esa manera se podrá comprender el porqué de su utilización.