Los argentinos somos solidarios, dice una frase que viene recorriendo el tiempo. Pero cae cuando el discurso del común de la gente tiene un sentido intolerante.
[dropcap style=’box’]C[/dropcap]uando uno va escuchando discursos como: “a los negros planeros hay prenderlos fuego” de parte de una trabajadora de un local de comidas rápidas de esta localidad. O por ejemplo cuando en un puesto que se venden juguetes y otras chucherías al paso en Merlo, una señora con varios niños, seis exactamente, se acercan para mirar y después continúa su recorrido. Los que atendían el puesto realizan un comentario del tipo: “eh, esa no tenía televisión” y agrega el otro rápidamente: “ah esta es de los planes por hijo”. Encontramos ahí un sentido intolerante.
En principio; “los negros de los planes”, “las madres de más de siete hijos”, están condensados en una representación social, o sea están englobados en una interpretación que hace el sentido común: “son peligrosos”. Ahora bien nadie de todos los que hemos nombrado es peligroso en sí mismo y no hay una distinción entre negros y blancos. Hay si una línea, ya la hemos nombrado y seguiremos nombrando acá, que divide a los que son ricos y a los que son pobres. Los que son muy, pero muy ricos se dedican a pensar que hacer con los que son muy pobres, es que aquellos que no son tan pobres trabajan para que los muy ricos sigan enriqueciéndose, por lo tanto son útiles. Y cuando el de clase media, que queda en el medio, sueña, como el que trabaja para que el rico siga enriqueciéndose, con ser muy rico se encuentra que para alcanzar ese objetivo debe usar las metodologías que usa el muy rico para acumular capital. Esas metodologías son teorías y practicas las cuales forman una ideología determinada y crean valores morales para mantener esa doctrina.
Desde Marx para acá sabemos que los muy ricos para tener tanto deben empobrecer a muchos. Por ejemplo si yo quiero toda la torta para mí y otros reclaman su porción, tratare de usar alguna artimaña para entregar la menor cantidad de porciones de torta. Si para ello debo usar la fuerza tengo que gastar mucha energía y es posible que pierda toda la torta. Entonces debo usar otro método, debo convencer a esos que me reclaman las porciones de que si yo en lo posible me quedo con toda la torta va a ser lo mejor para todos. Para convencer debo instalar un discurso simple y que todos lo puedan repetir. El contenido de ese discurso tiene que verse como una verdad absoluta e indiscutida. También debo responsabilizar a los que yo les niego la porción de torta, del hecho que no puedan tenerla, no es culpa de que los haya engañado sino que es culpa de ellos por dejarse engañar. Así operan los ricos para convencer a los pobres que no merecen respeto por su condición de pobres.
Esos pobres, esos que no están dentro del sistema, los que ya no tienen esperanzas de conseguir un trabajo, no tienen que ser abandonados a la buena de dios, alguien se tiene que hacer cargo, y la entidad responsable, la institución que debe dar respuesta es el Estado, ahora en este estado de situación, con un modelo neoliberal, donde se ajusta hacia abajo no hay respuestas para los pobres.
Es así que desde arriba, desde el gobierno se instala un discurso, por ejemplo la señora vicepresidenta dijo: “los pobres tienen que entender que no se podía vivir en esa mentira”. Después lo hacen parecer como una casualidad o un error. Se saca las pensiones por discapacidad y también parecen un error. Pamela David en televisión decía frente a una cámara que al fin gobernaban los rubios y se habían ido los negros. Todo esto que se dice es para instalar un discurso intolerante y con ello se instala un estigma para que el estigmatizado sienta culpa por existir y sea el mismo el que ponga fin a su existencia. En conclusión; el pobre resentido ante este sistema injusto, estigmatizado por el discurso de los ricos, que no es otro que un discurso nazi, encuentra en el que tiene a la par por cercanía, el blanco de su odio hacia el rico, canalizándolo de esta manera: Al encontrar el blanco de su odio procede a su eliminación y así un pobre elimina a otro pobre.