H.I.G.A. Vicente López y Planes
La primera visita de la ahora gobernadora María Eugenia Vidal a General Rodríguez fue allá por el 2015, entonces se encontraba haciendo campaña junto a Darío Kubar bajo el sello de Cambiemos.
El 9 de septiembre de ese año llegaban juntos para recorrer el Hospital Vicente López y Planes, donde los periodistas pudimos hacerles algunas preguntas. “Hay que recuperar esto (…) el problema es un tema de inversión en los edificios” expresó frente a las cámaras Vidal, haciendo referencia al nosocomio local y al resto de la provincia de Buenos Aires. Por su parte Kubar indicó que la candidata a gobernadora llegaba para “asumir el compromiso” de resolver la “decadencia” y “abandono” en el que estaba el hospital.
Pasaron casi cuatro años desde que ambos fueron electos, y la salud en el distrito se deterioró más que nunca.
Hablando en términos de la infraestructura del hospital, prácticamente no se hizo nada más que finalizar la guardia que se había iniciado con la gestión anterior, y lo poco que se realizó dejó mucha tela para cortar. Ni que hablar sobre la falta de personal debido a la falta de nombramientos, los magros salarios, y las condiciones en las que deben realizar sus trabajos. Los centros de atencion primaria de la salud, mejor ni nombrarlos.
Muchas son las denuncias de pacientes que son atendidos en el Hospital Interzonal General de Agudos Vicente López y Planes (H.I.G.A.) de General Rodríguez sobre el mal estado del nosocomio. Por eso nos dispusimos, cámara en mano, a recorrer gran parte de las instalaciones para poder refutar o constatar estas denuncias. El resultado está a la vista y cada persona que vea este material podrá comprobarlo con sus propios ojos en el hospital. Un Hospital de carácter provincial olvidado por María Eugenia Vidal, Por el Intendente Darío Kubar y por el presidente Mauricio Macri.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA RAMPA DE EMERGENCIA Y EL ASCENSOR DEL PABELLÓN GERIÁTRICO
Desde el gobierno municipal dicen que invirtieron, hasta llegaron a decir que se haría un hospital nuevo y que el viejo edificio quedaría como sede de la UBA. También han hecho varias publicaciones de una obra que se hizo en el pabellón de geriatría, y que fue utilizada hasta el cansancio para mostrar que se invirtió en salud.
Una obra que se licitó en el 2016 por más de 13 millones de pesos, e incluía la construcción de una rampa de emergencia y la instalación de un ascensor.
A finales del 2017 se inauguró. No pasó mucho tiempo para que los defectos comenzaran a aflorar. El nuevo ascensor funciono muy poco tiempo, y la rampa comenzó a rajarse, siendo por ello emparchada con enduído. #ObrasParaSiempre diría el secretario de obras públicas Rubén Basilotta.
IMÁGENES QUE RETRATAN EL ABANDONO DEL HOSPITAL VICENTE LÓPEZ
Pero no hace falta adentrarse mucho al nosocomio para poder encontrar graves aspectos y señales de deterioro y abandono. Baches tapados con cascote, aires acondicionados al aire libre y repletos de verdín, columnas dobladas, mampostería rajada, pozos destapados, son algunas de las cosas que puede observarse desde afuera.
Cuando ingresamos a los pasillos principales que nos llevan, en planta baja, de una punta a otra del hospital, pasando por el ingreso de emergencias, las condiciones deplorables de los techos son evidentes. Son más los paneles cobertores que faltan, que los que están en su lugar, el sistema de cables está totalmente expuesto, y hay pozos abiertos en varias partes de la intrincada red de pasillos del Vicente López.
También pudimos averiguar que si en vez de habernos tocado un día soleado, recorríamos el hospital un día de lluvia, seguramente hubiéramos tenido que usar paraguas para recorrer los pasillos internos por la cantidad de agua que se filtra por los techos, además de un par de botas para evitar mojarnos los pies por los charcos que cubrirían los suelos.
En la parte exterior, pero del lado interno del hospital también pueden verse montones de basura, muebles apilados (que según nos manifestaron internos, tranquilamente podían haber sido acondicionados y que sin embargo fueron tirados).
En las recorridas externas también pudimos encontrar muchos lugares repletos de agua, otros de líquidos de residuos cloacales, inclusive en lugares que antiguamente se usaban para que los pacientes salgan a descansar y a tomar aire.
En las salas 15, 16 y 17, del costado izquierdo del Hospital, pudimos observar numerosos lugares con manchones de humedad por donde se filtra la lluvia en los días de tormentas, baños que dejaron de ser usados por los pacientes por la caída de mampostería, baños usados solo por trabajadores y trabajadoras aun corriendo riesgo de caída de mampostería y lugares que supuestamente fueron adaptados para que deje de filtrarse materia fecal por los techos, pero que sufren constantes inundaciones.
Por esta salida donde funcionaba una lámpara ahora suele filtrarse el agua cuando llueve. Esos días los pacientes no deben tocar las paredes cercanas para evitar riesgos de electrocución. De hecho el pasillo donde esta ese agujero, nos relataron fuentes internas, sufrió en una ocasión una inundación que alcanzó el metro de agua, por lo que los pacientes debieron permanecer arriba de sus camas sin moverse de allí.