Slavoj Žižek, filósofo esloveno, es quien nos inspira para pensar la violencia desde sus conceptos. Él nos habla en su libro “La violencia. Seis reflexiones marginales” de que la violencia más irracional, esa que se nos presenta como inexplicable, tiene su origen en la violencia oculta, la misma que sostiene nuestro sistema político y económico.
[dropcap style=’box’]E[/dropcap]l gobierno cordobés decide suprimir el sábado inglés, es decir la media jornada del sábado, eso provoca un descontento, que induce un paro el 29 de mayo llevado adelante por el gremio SMATA (sindicato de los obreros de la industria automotriz) y Luz y Fuerza, al cual se adhieren los estudiantes y la ciudad rápidamente se ve desbordada por los manifestantes. La brutal represión de la policía dejó como resultado veinte manifestantes muertos y cientos de detenidos, entre los detenidos se encuentran: Agustín Tosco, Atilio López y Elpidio González.
Cuando Voces le pregunto en una entrevista exclusiva a Mabel Sessa de Tosco, la nuera de Agustín Tosco como se originó el Cordobazo ella respondió lo siguiente: “El Cordobazo lo protagonizaron los trabajadores, los estudiantes y el pueblo en general.”
¿Qué exigía ese Pueblo en lucha?
Exigía respeto a su soberana voluntad; exigía la normalización institucional, para que el Gobierno fuera elegido por decisión de la mayoría de la población, sin persecuciones ideológicas a ningún argentino. Exigía que se aumentaran los salarios en un 40%, que era lo que había crecido el costo de la vida. Exigía el respeto al derecho de asociación, reunión y libre expresión. Exigía la defensa del patrimonio nacional, absorbido, cada vez más, por los monopolios extranjeros. Exigía la creación de nuevas fuentes de trabajo, para eliminar la desocupación que trae miseria y desesperación a los hogares. Exigía la reincorporación de los cesantes y el levantamiento de las sanciones por haber hecho uso del derecho constitucional de huelga. Exigía la anulación de la política de racionalización en las empresas del Estado y del desconocimiento de derechos contractuales de las empresas privadas. Exigía una Universidad abierta a las posibilidades de los hijos de los trabajadores y consustanciada con los intereses del país. Exigía la eliminación de las quitas zonales, que reducen las remuneraciones de los obreros por el sólo hecho de vivir en el interior del país. Exigía la restitución del sábado inglés, que disminuyó los salarios en más del 9 % y aumentó la jornada laboral. Todas estas eran la exigencia del pueblo ante los sordos oídos del Gobierno.
Diferencia entre el Cordobazo y los hechos del 2001
El profesor Nicolás Iñigo de la Carrera de Historia de la Universidad de Buenos Aires, nos aporta lo siguiente sobre los efectos del Cordobazo: “Lo primero que hay que tener presente es que el Cordobazo y todos los hechos de 1969 se dan en un momento de ascenso de lucha obrera, de lucha popular y en un momento revolucionario a nivel mundial. Hoy estamos en un período contrarrevolucionario”.
Revolucionario y contrarrevolucionario, este profesor lo define en función de quién tiene la iniciativa. El afirma que la iniciativa, no solo en Argentina, sino a nivel mundial, la tiene la oligarquía financiera. La tuvo claramente desde 1975 hasta 1990 incluido, y el 2001 significó un freno, pero esa fracción (la oligarquía) no ha perdido la iniciativa.
El Cordobazo comparado con los hechos del 2001 (se refiere a los hechos conocidos como el 19 y 20 de diciembre), se diferencian en tanto que estos no tienen la continuidad o la proyección que tuvo aquel hecho porque el periodo es distinto.
Ningún período (revolucionario o contrarrevolucionario) es eterno. Pero cuando se desarrolle un momento o un periodo revolucionario, ese hito de 1969 estará presente en la memoria histórica de la clase obrera y es, por lo menos, un piso, si es que el piso no ha sido colocado más arriba con la insurrección espontánea del 2001. Los hechos del 2001 tuvieron no solo una repercusión sino una existencia nacional en un rechazo, ya no a una dictadura militar, a lo que se ensambla el rechazo a un régimen de dominación -como en el Cordobazo-, sino que en el 2001 fue el rechazo a todas las personificaciones del régimen político y del capital más concentrado.
Con este aporte del profesor Nicolás Iñigo podemos pensar la diferencia entre los hechos del 2001 y el Cordobazo. Pues la avanzada de oligarquía nos pone a los trabajadores en un momento histórico donde se deben recuperar esas consignas, tanto las del 2001 como las del Cordobazo para plantear nuevas estrategias de defensa de lo conquistado y como clase encabezar la lucha, en unidad. Es hoy La Corriente Federal De Los Trabajadores, una alternativa válida que va en esa dirección.