La Comisión Nacional sobre la Desaparición de personas, más conocida como la CONADEP, fue una comisión asesora creada por el presidente Raúl Alfonsín el 15 de diciembre de 1983, mediante el decreto 187.
Su cometido era realizar un informe sobre las desapariciones ocurridas durante la dictadura cívico militar que sometió a nuestro país entre 1976 y 1983 y debía establecer los métodos y esquemas utilizados por los usurpadores del poder de ese entonces.
La cúpula militar del momento, con el aliento y apoyo de civiles detentadores del poder económico y los medios de comunicación, desalojan al gobierno peronista de María Estela Martínez de Perón el 24 de marzo de 1976. Con el pretexto de combatir a los grupos guerrilleros, que ya se encontraban desahuciados tras el distanciamiento y la muerte de Perón, llevaron a cabo un plan sistemático de desaparición de personas consideradas subversivas. Este rotulo fue, de acuerdo a sus intereses, utilizado en forma amplia y ambigua. Grupos comando secuestraban a estas personas, las confinaban en centros clandestinos de detención, las torturaban, asesinaban y hacían posteriormente desaparecer los cadáveres negando en todo momento conocer su paradero.
Las funciones específicas de la Comisión serían según el artículo 2do del decreto 187, las siguientes:
A-Recibir denuncias y pruebas sobre aquellos hechos y remitirlas inmediatamente a la justica si ellas están relacionadas con la presunta comisión de delitos.
B-Averiguar el destino o paradero de las personas desaparecidas, como así también toda ora circunstancia relacionada con su localización.
C-Determinar la ubicación de niños sustraídos a la tutela de sus padres o guardadores a raíz de acciones emprendidas con el motivo alegado de reprimir al terrorismo y dar intervención en su caso a los organismos y tribunales de protección de menores.
D-Denunciar a la justicia cualquier intento de ocultamiento, sustracción o destrucción de elementos probatorios relacionados con los hechos que se pretende esclarecer.
E-Emitir un informe final, con una explicación detallada de los hechos investigados, a los ciento ochenta (180) días a partir de su constitución.
La Comisión presidida por Ernesto Sábato, quien fue elegido por sus pares, la integraron destacadas figuras involucradas permanentemente en la defensa de los derechos humanos como
Rene Favaloro, Hilario Fernández Long, Carlos Gattinoni, Gregorio klimovsky, Marchal Meyer, Jaime de Nevares, Eduardo Rabosi, magdalena Ruiz Guiñazu, Gustavo Marcelino López, Hugo Diógenes Piucill y Horacio Hugo Huarte.
Secretarios de la misma fueron: Graciela Fernández Meijide, Daniel Salvador, Raúl Peneon, Alberto Mansur, Leopoldo Sigueira y Agustin Altamiranda.
Recorrieron todo el país en busca de testimonios de sobrevivientes y familiares. Trataron de ubicar a represores y lo edificios que fueron utilizados como centros de detención, o los elementos y vestigios que hubieren quedado de ellos.
Realizaron un inventario de todas las desapariciones denunciadas y los centros clandestinos. Con esta información confeccionaron mapas, calificaron los relatos e hicieron un análisis de manera de tener claro la forma de operar del terrorismo de Estado.
El 20 de septiembre de 1984, la CONADEP entregó un informe donde se demostraba irrefutablemente el carácter sistemático y masivo de la represión militar. Se acumularon más de 7000 archivos en 50.000 páginas.
Vale la pena recordar las palabras de Ernesto Sábato con motivo de presentar los resultados de la Comisión: “Nuestra Comisión no fue instituida para juzgar, pues para eso están los jueces institucionales, sino para indagar la suerte de los desaparecidos en el curso de estos años aciagos de la vida nacional. Pero, después de haber recibido varios miles de declaraciones y testimonios, de haber verificado o determinado la existencia de cientos de lugares clandestinos de detención y de acumular más de cincuenta mil páginas documentales, tenemos la certidumbre de que la dictadura militar produjo la más grande tragedia de nuestra historia, y la más salvaje”.
Estos elementos, compilados en el libro NUNCA MÁS, fueron la base del juicio a las Juntas en 1985