Lo manifestó Alberto Coronel, abogado y apoderado de ATILRA el día después de que la asamblea extraordinaria de los socios de SanCor aprobara el “plan de reestructuración” que implicaría el cierre de 4 de sus plantas.
[dropcap style=’box’]V[/dropcap]oces de Los Pueblos y Radio Atilra dialogaron con el apoderado legal y asesor letrado de Atilra, Alberto Coronel, para conocer la posición de la Asociación de los Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina sobre el Plan de Reestructuración implementado por los socios que componen SanCor, aprobado por unanimidad, que implicaría el cierre de varias plantas.
En principio Coronel aseguro que la aprobación de la reestructuración, firmada el martes 30 de mayo, no derivaría en despidos debido al acuerdo suscripto por ATILRA por el cual SanCor “se comprometió con el gremio a no producirlos durante esos seis meses, periodo por el cual se extiende el plan de contingencia aprobado por los socios, cuestión exigida por el estado nacional para desembolsar el salvataje de 450 millones de pesos. Es decir que, en principio, tenemos eso en vigencia por cuatro meses más”. El abogado agrego que el sindicato observa a la crisis de la empresa láctea “con una preocupación tremenda porque tenemos 4 mil trabajadores en esa empresa”.
Ampliando sobre el tema que más preocupa a los trabajadores del sector, Coronel afirmo que en “está claro que va a tener que reducir plantas, pero también que va a tener que mantener las líneas de productos, por lo cual no va a tener que prescindir de los trabajadores, sino que va a tener que reubicarlos de unas plantas a otras. Eso solucionaría los problemas de empleo a nivel individual, pero subsiste la problemática social de aquellos pueblos que son SanCor-dependientes”.
El letrado del sindicato también señalo que el plan votado por SanCor el martes pasado permitiría el ingreso de “un socio que traiga inversiones genuinas, que es lo que la empresa necesita. Si eso se concreta, seguramente los tamberos volverán rápidamente y con ellos la materia prima”.
Además advirtió “de todos modos, seguimos poniendo el carro delante del caballo: el problema de SanCor hoy en día es más grave que el posible cierre de tres o cuatro establecimientos: hoy ingresa el 25% de la materia prima que ingresaba tiempo atrás para la elaboración de productos, con lo cual no puede subsistir. Si SanCor no revierte esta situación de forma inmediata, el peligro es el cierre total. Actualmente se está trabajando con sólo 700 mil litros diarios y por el momento no hay señales de esa reversión”.
A continuación hizo un poco de historia para dejar en claro que no se trata de un problema nuevo “SanCor trae problemas desde hace muchos años. A veces han sido malas adquisiciones en sus líneas de productos, que después ha tenido que vender, administraciones que no han obrado racionalmente, por ejemplo llegar a tener en su momento 17 establecimientos, lo cual lo hace totalmente anti funcional, anti económico. Ir generando deudas que se le hicieron imposibles de pagar. Todo esto ya tuvo una crisis muy grande en 2008/9. Lo saco de esa coyuntura un acuerdo con Venezuela que fue altamente beneficioso para SanCor, pese a lo que se dice por cuestiones políticas. En ese momento Venezuela le prestó a SanCor algo así como 230 millones de dólares a devolver en producción, lo que implica que está pagando con trabajo y con un plus de utilidad. La tasa de interés que regía en el acuerdo era la tasa más baja que se paga normalmente en el mundo. Después de esa ayuda Venezuela le siguió importando leche en polvo durante muchísimo tiempo, y eso le permitió vivir a SanCor mucho tiempo hasta que se cortó esta situación producto del corte de relaciones comerciales con Venezuela cuando vino este gobierno”.
El otro punto sobre el cual machacan los medios, los empresarios y el gobierno nacional, es la incidencia en la crisis lechera del costo de la mano de obra. Al respecto Coronel remarca que la incidencia del costo de la mano de obra es extremadamente mínima en el precio final del producto “Llegar a decir que los trabajadores son responsables de que a una empresa le vaya mal es un absurdo. A las empresas les va mal por cuestiones de mala gestión, o por cuestiones ajenas que pueden ser agravadas por temas climáticos, de precios internacionales o de caída del consumo, pero de ningún modo por los trabajadores”.