Esta semana, el intendente de General Rodríguez, Mauro García, y el secretario de Obras, Servicios Públicos y Vivienda y referente de Atilra, Mauricio Ríos, se reunieron con funcionarios provinciales y miembros de Trenes Argentinos Infraestructura con el fin definir los pasos a seguir para el desarrollo de la obra del puente vehicular en el cruce de las rutas provinciales 7 y 24, también conocido como Cruce Las Latas, dentro del territorio de General Rodríguez. El objetivo es crear un paso directo aéreo sobre las vías y la ruta 7 que conecte de manera directa los dos tramos de la 24 evitando así el embotellamiento tanto en la rotonda, como del lado sur al producirse el paso de los trenes.
El cruce tiene la particularidad de combinar tanto vías de tren, como dos rutas provinciales y una llave de paso de gas, todo en un espacio de no más de 40 metros cuadrados, siendo así vital un correcto planeamiento para evitar tanto las demoras como daños colaterales.
¿Cuándo comienza la obra?
Los pasos a seguir para toda la obra pública implican en primer lugar la solicitud de fondos a las autoridades nacionales y provinciales, la posterior licitación de la obra mediante concurso público, los estudios preliminares de desarrollo e impacto, la ejecución de la obra y su inauguración.
En este caso particular, los tres primeros pasos ya han sido dados se espera que en las próximas semanas comience el tratamiento del suelo para poder sentar los pilares del puente. Tanto el intendente Mauro García como el secretario Ríos han inspeccionado personalmente el lugar y han autorizado el inicio de los trabajos. La empresa encargada de llevarlo adelante ya se encuentra definida y preparando el operativo. En ese caso se trata de Talleres Navales Dársena Norte, también conocida como Tandanor, que es conocida por la fabricación de astilleros y obra portuaria.
¿Qué beneficios genera la obra?
La obra pública tanto en pequeña como en gran escala tiene como objetivo el desarrollo de los espacios urbanos en un sentido amplio. La pagamos todos, y en teoría, todos deberíamos beneficiarnos de ella. No se trata solo de descomprimir el tránsito en un cruce puntual, sino de facilitar accesos a los parques industriales, la distribución de bienes e insumos, y también volver más accesibles los barrios aumentando así su valor y su atractivo tanto comercial como para vivienda. El gasto en obra pública, además de activar los sectores consumidores de la economía funciona como inversión indirecta: permite o facilita determinados emprendimientos allí donde antes eran imposibles o más costosos. También repercute en la calidad de vida de la población aledaña. Fundamentalmente en los vecinos de las manzanas adyacentes en las horas pico por la contaminación sonora.
Un ejemplo similar es el paso sub ferroviario de la localidad de Luján, que abarató el reparto de mercaderías en los barrios que estaban al sur de la UNLu, permitiendo además la llegada de otras redes de servicios.
El próximo puente del Cruce las Latas habilita un paso directo a camiones y vehículos de menor porte, por una zona que antes convenía evitar entre las 18 y las 20 horas debido a la cantidad de tránsito en todos los sentidos. Al mismo tiempo alivia el tránsito en los cruces alternativos y evita posibles accidentes entre vehículos y trenes. Por último, permite un paso muy rápido desde los municipios que limitan en el norte con General Rodríguez hacia la zona sur evitando la zona céntrica o dar toda la vuelta hasta la ruta 6.
Proyección a Futuro
A medida que la población crece en los cordones industriales se hace necesaria la provisión de mayores servicios y un planeamiento urbano que le permita a los barrios valorizarse y además tener los recursos necesarios para mantener a sus vecinos conectados y en buenas condiciones de hábitat.
Para hacer frente a los retos del crecimiento es necesario sentar las bases para que ese desarrollo se realice de manera ordenada y no sea necesario luego correr detrás de urgencia de tener que subsanar problemas acuciantes de tránsito, falta de transporte público, servicios de salud, educación, entre otros.
Durante la gestión Macri a nivel nacional se hizo una dura crítica a la creación de escuelas y universidades por la baja matrícula de estudiantes, sin tener en cuenta que esa capacidad ociosa era justamente para satisfacer demanda futura. Lo que hoy no parece una cuestión urgente como un Cruce Aéreo, lo será cuando en futuro no muy lejano el nivel de actividad industrial y el aumento de la población generen una sobrecarga sobre las vías de tránsito.
Paradójicamente, a nivel municipal, la gestión Kubar sostuvo de manera permanente la necesidad de generar las condiciones para el desarrollo en el municipio de General Rodríguez, pero la mayor parte del presupuesto estuvo destinado a obras en casco céntrico sin tener mayor repercusión en las zonas periféricas. De hecho, algunas de estas obras fueron para el embellecimiento de la calle Pedro Whelan: las “balas de cañón”, bellísimas, por cierto, y caras aparte de meramente cosméticas. Las mismas formaban parte de un paquete de obras que se vendió a otros municipios como Luján donde se realizó exactamente lo mismo.
General Rodríguez necesita precisamente, de un planeamiento que opere en todos sus barrios en vistas a su desarrollo, para evitar justamente la hipertrofia de su zona central como les pasa a tantos municipios del conurbano donde podemos apreciar un núcleo de veinte manzanas con servicios y el resto de territorio con calles de tierra a metros de una ruta principal.
Un municipio ordenado y con vistas al crecimiento necesita de más obras como esta. Es decir, necesita de más inversión en la obra pública y la actual gestión parece encaminarse en esa dirección.