Dirigentes del movimiento obrero y un abogado laboralista especialista en el tema disertaron sobre esta problemática que, aunque se está aplicando en pequeñas dosis y de forma aislada, intenta ser aplicado por el gobierno para desarticular la organización de los trabajadores y destruir su representación sindical.
El lunes 18 de septiembre por la tarde se llevó a cabo en la seccional General Rodríguez de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA) una exposición que tuvo como principal temática el tratamiento del plan de reforma laboral que intenta aplicar el gobierno encabezado por Mauricio Macri, como parte de un plan continental y mundial de quebrar el grado de organización del movimiento obrero.
Entre los disertantes se encontraba el abogado laboralista Luis Roa, Hernán Escudero de Sadop, Walter Correa del Sindicato de Obreros Curtidores y Julio Sigales, Delegado General de la Comisión Interna de Mastellone Hnos.
Luego de la presentación, Rodrigo Lugones, moderador de la jornada, los panelistas desarrollaron distintas aristas de una problemática de inimaginable importancia para el movimiento obrero y para todos los sectores populares.
“Hoy vamos a tener la oportunidad de charlar sobre la temática de la reforma laboral. Se trata de una avanzada contra el movimiento obrero organizado, que esta finamente planificada, esto no es casual, sino que es una conspiración de las elites dominantes y los sectores concentrados de la economía” Expresó al inicio Lugones.
Julio Sigales
Es un honor para mí como trabajador y para todos los compañeros y compañeras presentes tener una mesa de esta calidad de representantes de tan claros mensajes que todos los días tratamos de hacerle llegar a los trabajadores. Me toca hablar de la situación que atravesamos los trabajadores lácteos de nuestro país con el convenio colectivo. El gobierno nacional nos quiere tomar como ejemplo, como paso con Vaca Muerta, sector en el que los sindicatos han flexibilizado, donde hoy los trabajadores han perdido derechos, han perdido espacio y no tienen el trabajo que se le ha prometido. Hoy también quieren reformar nuestro convenio. Hay compañeros en su momento que han dejado mucho para que hoy tengamos los derechos que percibimos los trabajadores lácteos, por eso y por nosotros hay que defenderlo. Lo venimos haciendo, pero tambien sabemos que es una tarea que la tenemos que llevar adelante entre todos. Que más allá de que los dirigentes sepan cual es el rumbo, que tengan las convicciones claras y que vayan siempre para adelante para defender nuestros derechos, tenemos que contar con todos los trabajadores para poder hacerlo.
Esta lucha se va a llevar adelante con los trabajadores en la calle, hablando con el vecino, pateando los barrios, tratando de concientizar que la última alternativa que tenemos como trabajadores es la militancia, es la lucha y la manera de lograr la defensa de nuestros derechos es esa. Tenemos que gastar las zapatillas, salir a hablar con los vecinos, con los compañeros, esta lucha se gana entre todos, con todos los trabajadores de pie y no de rodillas.
Walter Correa
Cristina habló durante el congreso de las Mujeres sindicalistas de paciencia. Haciendo una reflexión de los 90, en realidad reflexionábamos de cuando habíamos caído en cana en una movilización del MTA. En pleno 90, neoliberalismo a full. Fue derrota tras derrota, pelea tras pelea y el avance del neoliberalismo en la figura de Menem que tenía este poder que hoy tiene Macri. Encima con la traición explicita del PJ. Nos sentíamos unos pelotudos importantes. Nosotros no cambiamos, y también estábamos invadidos por encuestas y estadísticas, por aparatos de prensa, donde uno hasta se cuestionaba si estaba bien lo que uno estaba haciendo. La verdad es que tuvimos paciencia.
Y es verdad que en los 90 tuvimos una ley de flexibilización laboral que eral la 25.250, que después derogó el compañero Néstor Kirchner. La comisión interna podía negociar y de última podía aparecer el sindicato avalando ese convenio.
Les puedo pedir que tengan paciencia, que no cambien, que banquen los trapos, que sostengan las convicciones a lo largo del tiempo y del ejemplo, como dice Francisco. Que hubiese pasado si en los 90 teníamos lo que tenemos hoy. Hoy tenemos una fuerza política conducida por una mujer, una compañera. Un pedazo de nuestra historia nacional y popular, que no lo tuvieron los compañeros en los 60, que decodificaban los cassettes que mandaba desde España Juan Domingo Perón. Hoy esta conductora la tenemos jugándosela por todos nosotros. Esta fuerza, contra todo, saco el 35 por ciento de los votos, ganamos una elección. A nosotros nos arrancaron las cabezas, y lo hicieron de golpe, por eso perdimos 30 mil de los mejores, de esos un 62 por ciento eran trabajadores y trabajadoras. En los 80 teníamos buenos burócratas o buenos sobrevivientes, que por ahí cantaban algún nombre para zafar, contra eso peleamos en los 80. En los 90 teníamos todo en contra y nos cagaban a palo y éramos minoría. Tuvimos 12 años que nos van a marcar como trabajadores y trabajadoras de un gobierno nacional y popular.
Hernán Escudero
Si ustedes recuerdan al Ministro de educación, hoy candidato de Cambiemos, comete un error en la primera paritaria donde dice les voy a dar el 40 por ciento. Esa paritaria fue rara pero posicionó la discusión salarial en todo el país de forma distinta. La primera paritaria que posiciona es la docente, de ahí en más cada gremio va eligiendo como se posiciona. Este gobierno tiene una clara línea de flexibilización y de avanzada.
En la educación privada la relación es de empresario a trabajador, la educación está en un segundo plano. Este gobierno flexibiliza de hecho. Genera una flexibilización que precariza y la justifican en avances tecnológicos. Los tipos elucubran un proceso de adaptarse a las nuevas formas de trabajo y en función de eso van eligiendo como flexibilizar de forma concreta, lo hicieron con los petroleros, con los trabajadores automotrices, lo están haciendo con cada sector, lo hacen naturalmente. Tenemos que estudiar una estrategia discursiva de no ser nosotros los que decimos que viene una flexibilización laboral, por más que de hecho vaya sucediendo.
Luis Roa
Impresiona que una embarazada tenga que hacer trabajo en condiciones insalubres, que hay acuerdos de trabajo intermitentes, esto es llamarte una horas antes para darte trabajo y no sabes cuánto vas a seguir. Las relaciones laborales individuales, los fuera de convenio, todo aquel que gane tanta plata queda fuera del convenio. La jornada de trabajo ya es directamente de goma.
La mayoría de las medidas nos asustan, a los que estamos incautos, pero no son el eje de la reforma. El fondo de la reforma está dado con un contexto de fondo, que tiene que ver con el golpe cívico que ha hecho el stablishment en el Brasil y que en la Argentina, como un espejo, ha llegado al poder, pero por la vía de los votos. Tanto en Brasil como en Argentina es el gobierno de los ricos, de los patrones. En Brasil tenemos una reforma laboral que ha salido con fórceps, apretando a los legisladores y luego a los senadores. En Argentina la reforma laboral ya está escrita y viene después de octubre, depende como nosotros votemos y que hagamos. Es catecismo monetarista neoliberal.
Si Argentina y Brasil se alinean bajo la misma idea vienen por todo el resto de Latinoamérica. La cuestión pasa por modificar cosas un poco más ocultas, que es la modificación de la correlación de fuerzas entre los trabajadores y el capital. Si analizamos la reforma advertimos una pavorosa tendencia a la desindicalizacion de los trabajadores. Se crean comisiones internas a nivel de fábrica, que jamás ningún gobierno brasilero, pese a que estaba en la constitución, había permitido que aquellas empresas de más de 200 trabajadores pudieran tener representación directa. Aquella empresa que tenga más de 200 trabajadores pueden elegir sus representantes directos sin intervención, ni del patrón, pero tampoco del sindicato. Esos van a estar en condiciones, incluso, de negociar colectivamente. Porque la reforma brasileña toma el convenio colectivo de actividad y lo compara con el acuerdo colectivo, que es el que se hace a nivel de empresa, que es el que va a prevalecer, pero si a eso le sumamos que en la empresa puede negociar un grupo de trabajadores que no tienen injerencia en el sindicato, la cuestión es clara: quieren desindicalizar, vaciar al sindicalismo brasileño.