José Luis Cabezas fue un reportero gráfico y fotógrafo argentino. Su homicidio se convirtió en el mayor emblema de lucha de la prensa argentina por la libertad de expresión
Comenzaba el año 1997 y gobernaba nuestro país Carlos Saúl Menem. Una presidencia, que desde 1989 nos tenía en vilo con sorpresas dramáticas, como el atentado a la embajada de Israel en 1992, en el que hubo que lamentar 29 muertos; el atentado a la AMIA en 1994 con el resultado de 85 muertos; la explosión de la Fábrica Militar de Rio Tercero con 7 personas muertas, cuyo objetivo era ocultar un importante faltante de armas.
Asistimos atónitos, a una invocación a las relaciones carnales con Estados Unidos y a la aplicación en gran parte, de las sugerencias del Consenso de Washington que instaba a la privatización de las empresas públicas acusadas sin más, de ser las generadoras del déficit estatal. Para esto, se lo habilitaba al presidente mediante la ley de Reforma del Estado a ejecutar dichas privatizaciones. A partir de ese momento, comienza un sinfín de irregularidades y corrupción, abrevadas por personajes atrincherados en la función pública, que en el medio de esa orgia de impunidad llegaron a sostener públicamente: “yo robo para la corona”.
En este marco y en armonía con el mismo, emerge un personaje siniestro, que acapara negocios pertinentes al servicio de correspondencia; enormemente redituables por un lado y peculiarmente aptos para ofrecer impunidad merced al sistema regulatorio en el que se desarrollaba. Esto, le permitía adentrarse en actividades como narcotráfico, armas y lavado de dinero.
Alfredo Yabrán, necesitaba pasar desapercibido para desarrollar con libertad sus negocios y el de sus mandantes. Comenzó a hacerse millonario durante la última dictadura militar. Amigo desde su niñez, en su Entre Ríos natal, de Cesar Jaroslavski presidente a la sazón del bloque radical de la Cámara de Diputados de ese entonces, su red de empresas fantasma y negocios turbios crecieron sin parar durante los gobiernos de Raúl Alfonsín y Carlos Menen.
La revista Noticias, para la que trabajaba como fotógrafo José Luis Cabeza, comienza sus investigaciones sobre Yabrán en 1991.
En febrero de 1996, José Luis Cabezas había hecho fotos del empresario postal y de su mujer en la playa. Era la primera vez que un fotógrafo podía capturar la imagen del empresario en esas circunstancias. La foto de Yabrán fue la tapa de la edición del 3 de marzo de 1996 de Noticias. Cuando se enteró de la existencia de esa foto, el empresario telepostal ardió de furia: su imagen que hasta ese momento era un misterio, se hacía pública. La investigación, hablaba de la guerra entre el empresario y el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo. En una oportunidad habría dicho “sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente”.
A partir de la publicación de esa nota, José Luis Cabezas y su mujer, empezaron a recibir advertencias y amenazas telefónicas que se prolongaron durante todo 1996.
A posteriori, cuando cubría la temporada veraniega 1997 para la revista Noticias en la ciudad de Pinamar, Cabezas es asesinado.
Su cadáver calcinado fue hallado en la localidad atlántica de General Juan Madariaga, dentro de un auto Ford Fiesta incendiado, con las manos esposadas a la espalda y dos tiros en la cabeza.
El presidente Menem prometió en su momento esclarecer el caso. Sin embargo recibió fuertes críticas por la posible complicidad en los presuntos negociados investigados. La repercusión, derivó en cambios en el gabinete y en las derrotas del Partido Justicialista en las elecciones legislativas de ese año y en las presidenciales de 1999.
Yabrán fue investigado y el personal de su custodia imputado en el crimen. Cuando por fin se dictaminó la orden de arresto en su contra, el millonario empresario se suicidó, disparándose con una escopeta, que le desfiguró el rostro haciendo su cadáver irreconocible.
Tres años después, la justicia federal condenó en juicio oral a prisión perpetua a los platenses Horacio Braga, José Auge, Sergio González y Héctor Retana. A otra condenas también a Gregorio Ríos, jefe de la custodia de Yabrán y a los policías bonaerenses Sergio Camaratta, Aníbal Luna y Gustavo Prellezo.
No obstante estas condenas, coincidimos en aquello que dijo alguien una vez:
“El asesinato de José Luis Cabezas fue producto de la sinrazón de Yabrán. Y Yabrán fue el producto de la complicidad de quienes le permitieron ser lo que fue. Seguir diciendo que a Cabezas lo mato Yabrán es decir solo una parte de lo que pasó”.