Mastellone Hermanos difundió en la fábrica un comunicado en el cual apuntó duramente contra los trabajadores que ejercieron su derecho a huelga y contra el gremio, ATILRA, que encabezó las últimas medidas de fuerza, manifestando que no pagaran el salario de quienes se hayan adherido al último paro y que lo seguirán haciendo ante cualquier medida de fuerza.
[dropcap style=’box’]E[/dropcap]l martes 30 de mayo circuló dentro de la empresa Mastellone Hermanos un comunicado dirigido a los “Estimados Colaboradores” firmado por su presidente, José Moreno, quien por el momento encabeza la compañía que ya comenzó a desprenderse de acciones que están siendo adquiridas por Arcor.
Mimetizándose con la dirección de la multinacional, de reconocida intransigencia a la hora de “dialogar” con los trabajadores y sus representantes, Mastellone, apuntó duramente contra la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra) por las últimas medidas de fuerza implementadas, particularmente por el reciente paro general del 4 de mayo por el conflicto de SanCor.
Mastellone sostiene que las medidas de fuerza “afectaron no solo el normal abastecimiento de materia prima, sino la elaboración y distribución de productos, con las consiguientes e importantes pérdidas económicas que esto generó”. Por supuesto que el difícil panorama que atraviesa el sector lechero, según el firmante, se debe a una multiplicidad de factores entre los que se encuentran la caída del mercado interno, aunque en ningún momento se arriesga a aventurarse en un análisis a cerca de esta caída, cuestión que lo llevaría a cuestionar las políticas que actualmente aplica el gobierno de Mauricio Macri, aliado en estos momentos de las cámaras patronales para impulsar la flexibilización laboral y la perdida de conquistas y derechos adquiridos por los trabajadores durante los últimos años, entre ellos los trabajadores lecheros. Y como toda patronal no pudo dejar de indicar como culpable de la crisis al “ajuste por paritarias del 40% en el 2016”. De esta forma pone los costos que insume el pago de los salarios a los trabajadores a la misma altura de cualquiera de las otras variables cuando, desde estas mismas páginas hemos dejado a la vista como el costo salarial es ínfimo a la hora de trasladarlo al precio en góndola, se trata de menos del 1 por ciento. Un reciente video difundido por Atilra demuestra como incluso bajando los salarios de los trabajadores lecheros el precio final del producto apenas si se modificaría, es decir que la crisis viene por otro lado, y no por el sueldo de los trabajadores.
“Frente a esta coyuntura, nos encontramos realizando los máximos esfuerzos para no afectar las fuentes de trabajo de quienes componen la comunidad Mastellone” continua el comunicado, refiriéndose al cierre de una de sus plantas en la localidad de Rufino, a la reestructuración de repartos de distribución, etc. El problema, y la contradicción, aparecen cuando se analiza el comportamiento del CIL, del cual Mastellone forma parte, ante el reciente conflicto en SanCor y su actitud ante el gremio que representa a los mismos trabajadores, cuyas fuentes de trabajo dicen querer “no afectar”. Su alianza con el Gobierno nacional para impulsar la reapertura del Convenio Colectivo 2/88 se hizo demasiado evidente, cuando corrían cada vez más atrás la vara para lograr el desembolso del salvataje del estado, tratando de que los trabajadores sacrificaran sus derechos a cambio de los 450 millones, en clara señal extorsiva. Salvataje que finalmente se aplicó solo en la mitad de valor, con otra mitad que se ha puesto como condición el cierre de 4 plantas de SanCor para desembolsarse, así como también la perdida de cientos de puestos de trabajo.
En este camino que parece no tener fin, de arcorizacion de lo que alguna vez fue la familiar “Mastellone Hnos.”, la avanzada contra los trabajadores se plasmó en la decisión de no pagar de aquí en adelante los días que los trabajadores lleven adelante una medida de fuerza, por la adhesión a lo establecido por la CIl, por lo que esta decisión se trasladara a todas las empresas que sean parte del conglomerado empresarial. Una avanzada mas que tiene como objetivo final atemorizar a los trabajadores para instalar la precarización laboral en el sector, intentando retrotraer sus condiciones laborales a las de finales de la década del 90, momento en el cual los trabajadores literalmente debían escaparse de la empresa para poder trabajar menos de 12 horas diarias por un sueldo de miseria.
En el final del comunicado, Mastellone deja en claro que “actuara en consecuencia”, no pagando los días de huelga, como una forma de castigo y a la vez de extorsión hacia aquellos que no acepten el despojo al cual se los intenta someter.
Todo esto, según la patronal, es para hacer frente a la actual crisis que viven algunos eslabones de la cadena láctea en la actualidad; crisis que las políticas del actual gobierno encabezado por Mauricio Macri (contra quien fue el paro general del pasado 6 de abril) no hacen más que profundizar y sin embargo, a las que la estrategia comercial de Mastellone parece adherir, cuando declara tener “el mismo diagnóstico” que el que realiza el gobierno de la Alianza Cambiemos-UCR sobre la lechería en Argentina.