Por el día internacional del síndrome, se realizará una actividad de concientización en la Plaza Central. Habrá talleres informativos y asesoramiento jurídico sobre los derechos a la inclusión.
Asperger Rodríguez Luján es un espacio de comunicación interactiva de un grupo de profesionales, que también tienen hijos que sufren dicho trastorno y se dedican a la difusión, contención, orientación y apoyo de personas con Síndrome de Asperger y sobre todo a su entorno familiar.
Con motivo de la conmemoración, del Día Internacional del Síndrome de Asperger, el próximo 18 de febrero, en la plaza central Martin Rodríguez a partir de las 18 hs, Asperger Rodríguez Luján realizara una jornada de concientización en la que entre otras cosas se realizaran talleres informativos y asesoramiento jurídico sobre los derechos a la inclusión.
Lola es Diplomada en Neurociencia educación y desarrollo y en Psicopedagogía, además de ser instructora de Braile, pero también es mamá de un chico con el Síndrome y es una de las personas que conforma Asperger Rodríguez Luján, junto con su marido Ulises Rayes, Abogado especialista en Derecho Penal, y a María José Grisolia, encargada del área de comunicación de Asperger Argentina, acompañante terapéutica y también mama de un chico con Asperger.
Los entrevistamos para que nos cuenten un poco más acerca de que se trata este síndrome y la actividad que llevaran adelante el domingo 18 de febrero en nuestra ciudad.
Una de las primeras cosas que remarco Lola es que no se trata de una enfermedad, sino de una “biodiversidad biológica y neuronal” que acompañara a la persona durante toda su vida, y que las hace tener “una manera diferente de procesar el mundo, de pensar, sentir y ver la vida de forma diferente”.
Las personas que tienen Asperger tienen “una especie de autismo”, aunque ellos están sobre la media de la inteligencia. Se trata de chicos que pueden lograr altos niveles de inteligencia desde muy chiquitos. Los padres de un niño o niña con Asperger pueden notar que desde pequeños son diferentes, “entre los 6 meses y los dos años de edad quizás no los miren a los ojos, no respondan a las sonrisas que las mama le hacen, no lo señalen con el dedo y de repente empiecen a hablar antes de la edad promedio. Empiezan a sumar, a tener intereses restringidos, cosas que las mamas empezamos a ver desde muy chicos y aunque digan, no pasa nada, si pasa. Hay algo ahí que es distinto a otro nene. No es habitual que un nene antes de los 3 años te diga una frase completa y estos nenes lo pueden hacer. Eso los separa del resto de los autistas, lograr el lenguaje antes de los 3 años, y muchos autistas no lo logran nunca”.
Así como tienen una predisposición para la lógica y las matemáticas, Lola comentaba que a los chicos les cuesta tener empatía y se les dificulta los aspectos de la inteligencia emocional; “Son muy vulnerables al otro, porque no entienden por ejemplo si vos te estas sonriendo, que significa tu sonrisa. Les cuesta mucho relacionarse con el otro. Son muy literales”, agregaba. Sin embargo con un buen tratamiento y apoyo de la familia salen adelante, “se logran muchísimas cosas. Hay que creer en el chico para que él pueda creer en el mismo”, finalizaba Lola.
Por su parte, María comento que empezó a interiorizarse en Asperger por su propio hijo, para tratar de comprenderlo y ayudarlo, aunque aclara que la idea de la Asociación es que se involucren todas las personas, aunque no los toque el tema de cerca.
Ulises agrego que la convocatoria del 18 d febrero se realizara en todas las plazas del país, y se utilizará, entre otras cosas, como una manera de visibilizar y dar difusión a la Ley de Autismo Nacional y Provincial, sancionada hace varios años y, en parte, reglamentada. “La idea es difundir que es el autismo, que es el Asperger, cuales son los derechos que se tienen. Porque con eso se obtiene el certificado de discapacidad que es importante para la obra social y los tratamientos, que no son todos iguales”.
Para finalizar, Ulises sostuvo que aún hay mucha reticencia en colegios, escuelas (públicas y privadas) siendo bastante expulsivas. Además incluyó como parte de la problemática a las obras sociales, “que a veces, si bien la ley los obliga a cumplir un montón de cuestiones con los tratamientos, con las horas de terapia, son bastante reticentes”.