Flow nos lleva a un mundo sin humanos, pero en el que vemos rastros de su presencia reciente. Aquí, seguimos a un gato negro que parece estar intentando llevar su vida normal: toma siestas en su hogar —que al parecer alguna vez le perteneció a un artista con abundante amor por los felinos— y sale a tomar agua en el río. Sin embargo, una devastadora inundación destruye su hogar y lo obliga a refugiarse en un barco de madera. Aquí intentará sobrevivir junto a otros solitarios animales en su misma situación: un carpincho, un lémur, un perro y un pájaro secretario.
El mundo que Zilbalodis, su director, propone, uno en el que los humanos desaparecieron recientemente, le da una profunda melancolía a la vida de nuestro protagonista felino. Los gatos son seres muy dependientes de sus humanos (si creías lo contrario, has vivido engañado toda tu vida), así que la noción de que este pequeño, que claramente era muy amado por su humano, ahora se encuentre solo, ya es motivo de tristeza. Y este sentimiento aumenta de intensidad cuando su casa y todo lo que conoce poco a poco comienza a inundarse; a los gatos no le gustan los cambios, así que ver a este gatito atravesar por esta pérdida tan brusca hace que inmediatamente conectes con él y sufras con cada centímetro que sube el agua.
Es así que la película te lleva por una aventura de supervivencia emocionalmente intensa. Pero, ante todo, Flow es una historia sobre aprendizajes y los miedos que debemos enfrentar para obtenerlos. El gato está en un continuo proceso de aprendizaje: para sobrevivir debe enfrentar sus miedos, confiar en otras especies y encontrar la manera de relacionarse con ellas para trabajar en equipo. El agua representa el miedo: en la primera escena es símbolo de la serenidad que vive el gato en su relativa independencia, pero luego se convierte en un elemento aterrador que está en todos lados. Es cuando los animales comienzan a trabajar juntos y en armonía que el agua retoma esta sensación de paz y belleza, es nuevamente una fuente de vida y sustento. Con tan reducido presupuesto y considerando que el agua es muy difícil de animar, los artistas que le dieron vida a este elemento, de formas tan variadas y vívidas, merecen todo el crédito.
Zilbalodis no se decanta por un mensaje sencillo sobre “la comunidad es siempre buena”, sino que también deja en claro que la independencia puede ser enriquecedora y que hay un alto grado de complejidad en cómo nos relacionamos con otros. En ese sentido, cada personaje aporta algo interesante a la travesía y cada uno aprende diferentes cosas sobre este viaje.
Ficha técnica:
- FLOW (Letonia/Bélgica/Francia, 2024)
- Dirección: Gints Zilbalodis
- Guion: Gints Zilbalodis, Matiss Kaza y Ron Dyens
- Producción: Matīss Kaža, Gints Zilbalodis, Ron Dyens, Gregory Zalcman
- Animación: Léo Silly-Pélissier
- Sonido: Gurwal Coïc-Gallas
- Fotografía: Gints Zilbalodis